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La Unión Europea (UE) y el Reino Unido comienzan este lunes la tercera ronda de negociaciones del "brexit", tras la pausa estival, sin que desde Bruselas se esperen grandes avances en las cuestiones clave como los derechos de los ciudadanos, la frontera irlandesa y el acuerdo financiero.

La jornada del lunes será de trabajos preparatorios para la nueva ronda de negociación que finalizará el 31 de agosto, pues es festivo en Reino Unido y no se sabe si toda la delegación británica habrá llegado a Bruselas.

Por lo que se refiere a los progresos de la tercera ronda, fuentes comunitarias ya asumen que será difícil alcanzar un avance suficiente en las conversaciones para octubre, cuando se preveía iniciar el debate sobre la futura relación entre los dos bloques.

Si en junio se abordaron los aspectos organizativos de las negociaciones y en julio se identificaron las áreas de convergencia y divergencia en ámbitos como los derechos de los ciudadanos, en agosto se aspira a clarificar las posturas en los tres asuntos clave.

De todas formas, en esta ronda Bruselas no espera un acuerdo sobre la cifra concreta que el Reino Unido deberá abonar por abandonar el club comunitario, aunque sí busca una metodología suficientemente detallada que garantice a los Estados miembros el cumplimiento de los compromisos asumidos por los británicos en el presupuesto de los Veintiocho.

Fuentes comunitarias subrayaron que, en julio, Londres reconoció sus compromisos financieros con Bruselas a causa del "brexit" (la salida de la UE), pero recordaron que no precisaron cuáles eran esas obligaciones.

También aseguraron que el riesgo de fracaso de las negociaciones aumenta si se posterga la cuestión del acuerdo financiero en vez de gestionarla en los primeros meses de las discusiones y recalcaron que es de interés tanto para el Reino Unido como para la Unión Europea avanzar con rapidez.

Ante las dificultades para progresar en las cuestiones clave relacionadas con el presupuesto de la UE, Bruselas también pondrá sobre la mesa asuntos colaterales como la participación británica en el Banco Europeo de Inversiones.

En cuanto a la cuestión irlandesa, el diálogo volverá a centrarse en el Acuerdo del Viernes Santo que puso fin al conflicto armado en Irlanda del Norte y en el área común de viaje entre los seis condados pertenecientes al Reino Unido y la República de Irlanda.

Las fuentes comunitarias destacaron que el proceso de paz no se puede convertir en una "moneda de cambio" en las negociaciones, aseguraron que la frontera en la isla no es solo una cuestión económica, sino también social, e instaron a que Londres asumiera su responsabilidad por el impacto del "brexit" en la isla irlandesa.