| Archivo
(Actualizado

Croacia se convertirá en julio de 2013 en el vigésimo octavo miembro de la Unión Europea (UE) tras firmar hoy el tratado de adhesión al bloque, que sin embargo volvió a pedir más a Serbia para aceptarla como candidata a abrir negociaciones.

"Hoy Croacia vuelve al grupo de las naciones europeas, una familia a la que siempre ha pertenecido", declaró solemnemente la primera ministra croata, Jadranka Kosor, en la ceremonia celebrada en Bruselas.

El país será, tras Eslovenia, el segundo de la antigua Yugoslavia que se una a la UE, a la que aportará algo más de 4 millones de ciudadanos y un nuevo idioma oficial.

El gobierno de Zagreb organizará un referéndum en los primeros meses del próximo año para que los croatas den su aprobación al ingreso en la UE.

Mientras, el resto de Estados miembros procederán a ratificar el tratado de adhesión por la vía que marca cada legislación nacional, ya sea parlamentaria o con consultas populares.

Sin embargo, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dejó hoy claro que la firma del tratado no es "el final del camino" y recordó que Croacia deberá continuar con las reformas de aquí a su entrada oficial en el club.

Aunque el país ya tiene una fecha de ingreso fijada, la Comisión Europea ha establecido un mecanismo de seguimiento con marcadores para asegurar que las autoridades de Zagreb mantienen el ritmo de las reformas internas que quedan pendientes, y que se refieren sobre todo al funcionamiento de la justicia.

La exigencia responde a la mala experiencia con Bulgaria y Rumanía en la última ampliación, cuando tras lograr una fecha para la adhesión los dos países descuidaron la continuación de sus reformas, lo que obligó a la UE a retrasar la entrada en seis meses (el máximo que podía).

Posteriormente, Bruselas llegó a bloquear temporalmente la entrega de ciertas ayudas europeas a Bulgaria y Rumanía ante la rampante corrupción y la falta de preparación para combatirla.

Consciente de que Croacia estará vigilada bajo lupa, la primera ministra recordó hoy que el país ha superado un proceso de adhesión "más duro" que ningún otro y se comprometió a cumplir con sus compromisos.

Van Rompuy, por su parte, subrayó que el esfuerzo de Croacia es un ejemplo para toda la región de los Balcanes Occidentales, cuyo "futuro" en conjunto está en la UE.

"El éxito de Croacia muestra a toda la región que con trabajo duro, perseverancia, valentía política y determinación, la UE está al alcance", declaró el presidente del Consejo.

Sin embargo, todo hace indicar que pasará años hasta que el siguiente país de la zona logre acceder al bloque.

Hoy, los Veintisiete lanzaron un jarro de agua fría sobre las aspiraciones de Serbia y no le concedieron el estatus de país candidato a la adhesión.

Los Gobiernos europeos retrasaron hasta febrero la decisión, que se confirmaría en la cumbre comunitaria del mes de marzo.

La idea de la UE es darse más tiempo para juzgar si Serbia ha avanzado lo suficiente en su relación con Kosovo, una condición que han impuesto para cualquier progreso de Belgrado hacia el bloque.

La concesión del estatus de candidato era el paso prometido por la UE a Serbia una vez que entregase los últimos prófugos reclamados por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), tal y como ha hecho.

Sin embargo, las tensiones en el norte de Kosovo -donde población serbia bloquea desde el verano algunas carreteras- y los choques protagonizados por esos radicales con las fuerzas de la OTAN encargadas de garantizar el orden han frenado el avance.

Alemania y Austria, fundamentalmente, han sido los países opuestos al acercamiento con Belgrado, que defendían otros socios como España y Francia.

De nada sirvieron los últimos esfuerzos de Serbia, que bajo presión de la UE selló la pasada semana un acuerdo para gestión fronteriza con Kosovo y logró que en los últimos días comenzase el desmantelamiento de las barricadas levantadas en el norte de su exprovincia.

Por su parte, Montenegro -que obtuvo el pasado año el paso que persigue Serbia- estará en disposición de comenzar las largas negociaciones de adhesión en junio del próximo año siempre que muestre progresos en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, según acordaron hoy los Veintisiete.