La UE no descarta ninguna medida ante la crisis egipcia, pero aboga por el diálogo
La Unión Europea (UE) va a estudiar todo tipo de medidas para responder a la crisis en Egipto, entre ellas un posible embargo a la venta de armas, pero siempre con la vista puesta en tratar de mantener el contacto con El Cairo para impulsar una solución negociada entre Gobierno y oposición.
Las distintas opciones serán discutidas el próximo miércoles por los ministros de Exteriores del bloque comunitario en una reunión extraordinaria.
En ella, contarán con una "lista de propuestas" que preparará la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, según acordaron hoy representantes de los países.
"Serán los ministros los que el miércoles tomen una decisión, pero será una decisión que trate de mantener canales abiertos, que trate de mantener a la Unión Europea como un actor activo", adelantó el representante especial de la UE para el Mediterráneo Sur, Bernardino León.
El diplomático español participó hoy en una reunión con los embajadores de los veintiocho países comunitarios, en la que los Estados miembros comenzaron a evaluar las posibles acciones para responder a la violencia registrada en los últimos días en Egipto.
Según León, en el encuentro no se descartó "ninguna opción", entre las que figuran un posible embargo de armas al país o la suspensión de las ayudas financieras que la UE concede a Egipto.
La canciller alemana, Angela Merkel, ya aseguró el domingo que su país estudiará detener la exportación de armas a Egipto para dejar claro al Gobierno que "la violencia no es aceptable".
Otros ejecutivos, como el de Austria, han propuesto suspender la concesión de los hasta 5.000 millones de euros que la UE tiene previsto facilitar a Egipto en concepto de ayudas y créditos hasta que se restaure el proceso de democratización en el país árabe.
La mayor parte de ese apoyo, anunciado el pasado noviembre y previsto para un periodo de dos años, ya se encuentra paralizada desde hace meses por la situación política de Egipto, señalaron fuentes diplomáticas.
Además, varios países advirtieron hoy de que no sería positivo detener ciertas ayudas a la cooperación, por ejemplo aquellas destinadas a combatir la pobreza, según las mismas fuentes.
La UE no sólo aporta importantes ayudas a Egipto, sino que es también su principal socio comercial y sus turistas suponen una importantísima fuente de ingresos para el país.
Después de haber evitado catalogar como golpe de Estado el derrocamiento de Mohamed Mursi el pasado 3 de julio, el bloque ha ido endureciendo en los últimos días su postura ante el Gobierno y el Ejército egipcios, conforme ha aumentado el número de muertos en las calles del país.
La Unión considera a las actuales autoridades y a los militares los principales responsables de la tragedia que se ha cobrado ya centenares de vidas, según ha dicho en varios comunicados.
Sin embargo, la prioridad europea sigue pasando por mantener el contacto con las autoridades interinas para impulsar un acuerdo político con los Hermanos Musulmanes y el resto de fuerzas, tal y como Bruselas lleva buscando sin éxito desde la caída de Mursi y el estallido de las protestas por parte de sus partidarios.
León, que ha sido uno de los principales protagonistas de esas gestiones, reconoció hoy que "la situación no nos deja demasiado espacio para el optimismo".
"Hay que ser realistas y es una situación que se está complicando. Estamos asistiendo a una escalada, a una escalada que nos preocupa muchísimo, en el país más importante de la región", aseguró.
El representante europeo para el Mediterráneo Sur abogó por estudiar "alternativas" para tratar de convencer "a ambas partes de que sólo una solución política tiene sentido".
"Seguir poniendo muertos encima de la mesa, seguir con esta confrontación, no va a llevar a ninguna parte y, por supuesto, no va a solucionar los problemas que tiene Egipto", reiteró en declaraciones a los periodistas.
"Estamos convencidos de que una solución política es posible y vamos a insistir", explicó.
Mientras tanto, los contactos diplomáticos entre las capitales europeas se han elevado al máximo nivel, como confirma la conversación sobre Egipto mantenida hoy entre el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el jefe de Estado francés, François Hollande.
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