Los líderes de la Unión Europea cerraron hoy filas contra las "impredecibles" decisiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una cumbre en la que también acordaron acercarse a los Balcanes occidentales a cambio de reformas, pero sin promesas de nuevas ampliaciones comunitarias.
El encuentro informal de los Veintiocho en la capital de Bulgaria, programado para ampliar la influencia y la relación de la UE en Macedonia, Albania, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Kosovo, se saldó con un pacto de los europeos para elevar el tono frente a los desplantes de Washington.
El más duro en sus palabras fue el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien ayer miércoles se preguntó si hacen falta "enemigos" cuando se tienen "amigos" como Trump y tildó de "caprichosa" a la Administración estadounidense.
Un día después, al término de la cita búlgara, Tusk mantuvo su línea retórica y dijo que no es fácil asumir que un "amigo cercano" como tradicionalmente se considera en la UE al presidente de EEUU actúe de manera "impredecible". "Puedo coincidir con Trump en que la impredictibilidad puede ser una herramienta poderosa en política (...), pero no con los aliados", subrayó el presidente de la institución que representa a los Estados miembros de la UE.
A su lado en la comparecencia final del encuentro, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, fue muy claro al resumir el planteamiento del club comunitario: la UE puede trabajar y negociar con Estados Unidos, pero no "con la espada de Damocles" sobre la cabeza.
Las visitas diplomáticas a Estados Unidos a finales de abril del presidente de Francia, Emmanuel Macron, y de la canciller alemana, Angela Merkel, no obtuvieron los resultados esperados, reconocieron fuentes diplomáticas.
Tras sendos encuentros, donde Trump se mostró sensiblemente cariñoso con Macron y notablemente más frío con Merkel, el inquilino de la Casa Blanca ha roto el acuerdo nuclear con Irán alcanzado multilateralmente en 2015 y ha mantenido la amenaza de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio europeos. "Si los estadounidenses quieren respetar las reglas multilaterales y tratar a los europeos como sus aliados, podemos trabajar juntos, por ejemplo, en la reforma de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Si no, Europa defenderá sus intereses", dijo Macron en Sofía. "Y lo mismo ocurre con un asunto totalmente diferente, como el iraní", agregó el presidente francés, quien celebró que los Veintiocho estén de acuerdo en actuar con "unidad" frente al desafío de la Administración estadounidense.
Si Washington busca una confrontación con Bruselas, a la UE no le temblará el pulso. Pero los líderes han dejado la puerta abierta al diálogo entre dos aliados históricos, tanto para reformar la OMC como para intentar ampliar el pacto iraní.
Ese acuerdo, a ojos de la UE, se puede intentar llevar más allá de 2025, fecha hasta la que Teherán se comprometió a congelar su programa atómico militar, y también cabe abrir una negociación sobre el programa balístico iraní, no contemplado en el acuerdo, y sobre la "actividad regional de Irán" en países como Irak, Siria, el Yemen y Líbano, dijo Macron.
"Todos en la UE comparten la opinión de que este acuerdo no es perfecto, pero que deberíamos permanecer en él, y sobre esta base mantener negociaciones adicionales con Irán sobre otros temas, como por ejemplo el programa de misiles balísticos", dijo Merkel.
Tal es la tensión entre los bloques transatlánticos que el primer ministro belga, Charles Michel, llegó incluso a plantear un Consejo Europeo extraordinario consagrado a Trump, aunque fuentes diplomáticas calificaron de poco probable esa posibilidad.
REFORMAS EN LOS BALCANES OCCIDENTALES
En lo que respecta a los Balcanes occidentales, los Veintiocho aprobaron una declaración en la que piden reformas en asuntos como la lucha contra el crimen organizado, la corrupción y el desarrollo del Estado de derecho. A cambio, aportarán apoyo financiero y político, pero sin acelerar los trámites ni fijar fechas para una posible adhesión de nuevos miembros a la UE de una zona con una población total de unos 17,7 millones de personas.
"No veo otro futuro para los Balcanes occidentales que la UE. No hay alternativa. No hay plan B. Son una parte integral de Europa y pertenecen a nuestra comunidad", dijo Tusk sobre esa región históricamente convulsa y situada a las puertas de la Unión Europea.