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La quema de iglesias continúa en la capital de Níger, Niamey, con al menos una decena de iglesias incendiadas, mientras los ulemas musulmanes del país llamaron a la calma tras los nuevos disturbios por las caricaturas de Mahoma.

Según pudo constatar Efe en el lugar, al menos seis iglesias fueron incendiadas mientras varios testigos presenciales elevaron la cifra a al menos una decena.

Los teólogos musulmanes pidieron a través de la radio nacional el cese de la violencia e instaron a los manifestantes a hacer prueba de la "tolerancia del islam y de poder convivir en paz con la comunidad cristiana".

Este llamamiento se produjo tras una reunión entre los teólogos musulmanes con el primer ministro de Níger, Brig Rafini, y los ministros de Interior, Hassouni Massaoudou, y de Justicia, Marou Amadou.

Los ulemas indicaron en su llamamiento que el Gobierno presentó sus disculpas a la población por la presencia del presidente del país el pasado domingo en la manifestación de París en la que fueron mostradas algunas caricaturas de Mahoma.

En esta nueva jornada de protesta, un número indeterminado de personas resultaron heridas por los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden que procedieron al uso de gases lacrimógenos, pero ninguna fuente oficial informó sobre la existencia de víctimas mortales.

La embajada de Francia en Níger pidió a sus ciudadanos que aumenten la vigilancia y no salgan a la calle.

Los manifestantes incendiaron la casa familiar del ministro de Exteriores nigerino, Mohamed Bazoum, y presidente del Partido Nigerino Para La Democracia y el Socialismo actualmente en el poder, sin aparentemente causar víctimas mortales.

Medios privados nigerinos informaron sobre la detención de cinco ulemas, pero ninguna fuente oficial lo confirmó.

También varias tiendas de venta de bebidas alcohólicas, locales de juego de azar, dos vehículos de policía y neumáticos fueron incendiados, lo que provocó nubes de humo visibles desde varios puntos de la ciudad.

Ayer, cuatro personas murieron en violentos enfrentamientos en la ciudad de Zinder, en el centro-oeste del país, después de una manifestación convocada para condenar la presencia del presidente del país el pasado domingo en la manifestación de París por los atentados yihadistas que causaron 17 muertos.

Los manifestantes protestaron por el último número del semanario "Charlie Hebdo", en cuya portada se ve a Mahoma entristecido y derramando una lágrima mientras muestra el lema "Je suis Charlie" (Yo soy Charlie), bajo el titular "Todo está perdonado".

El mundo musulmán, tanto en su rama mayoritaria suní como en la minoritaria chií, ha reaccionado con ira a la publicación de este último número de "Charlie Hebdo", reproducido por varios diarios europeos y que han considerado una provocación.