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El Consejo Pontificio para los Textos Legislativos ha preparado un borrador para modificar una parte del Código de Derecho Canónico, para endurecer las penas y aplicarlas de manera más rápida a los clérigos que cometen delitos más graves, entre ellos los abusos sexuales a menores.

El anuncio fue hecho hoy en el diario vaticano "L'Osservatore Romano" por el secretario de ese consejo pontificio, el español Juan Ignacio Arrieta, que preciso que en las próximas semanas el dicasterio enviará a sus miembros y consultores un borrador con las propuestas para reformar el libro VI del Código de Derecho Canónico.

El libro VI, "De las sanciones en la Iglesia", contempla las penas que hay que aplicar a los culpables de delitos.

Arrieta señaló en su nota que desde hace dos años una comisión de expertos penalistas ha estado estudiando el texto promulgado en 1983, con el objetivo, entre otras, de modificar "con decisión" algunas medidas "que se han revelado poco acertadas".

Juan Ignacio Arrieta publica asimismo tres cartas inéditas de 1988 del por entonces cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, el actual Papa, en la que solicitaba al cardenal José Rosalio Castillo Lara una revisión más restrictiva de las garantías procesales en casos de abusos sexuales.

En las cartas, Ratzinger se quejaba de que a su dicasterio habían llegado peticiones de dispensa por parte de obispos para sacerdotes "que durante su ministerio sacerdotal habían tenido graves y escandalosos comportamientos, para los cuales el código de derecho canónico preveía penas más precisas, entre ellas la reducción al estado laical".

Las misivas prueban que ya en aquella época, Ratzinger criticaba que algunos obispos concedían dispensas para evitar el procesamiento de clérigos pederastas.

Ratzinger pedía, asimismo, en las cartas, procesos más rápidos y simplificados.

El pasado mes de julio, el Vaticano presentó una revisión del documento "De Delicta Graviora', de 2001, anexo al motu proprio "Sacramentorum santictatis tutela", de Juan Pablo II, sobre los delitos más graves contra la moral y los sacramentos, entre ellos los abusos sexuales a menores por parte de clérigos.

Entre las nuevas normas aprobadas destaca la ampliación de 10 a 20 años del tiempo para denunciar los abusos y la inclusión del delito de posesión de pornografía infantil.