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El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se perdió la celebración de los 21 años del fallido golpe que encabezó como militar y que hoy conmemoró el chavismo, mientras la oposición recriminó un año más el festejo de una fecha en la que no hay "nada que celebrar".

Este 4 de febrero, el chavismo recordó sin su líder la fecha en la que un grupo de militares encabezados por el teniente coronel Hugo Chávez comandó una asonada contra el presidente Carlos Andrés Pérez, con varias actividades encabezadas por su vicepresidente, Nicolás Maduro, y varios de sus entonces compañeros de armas.

"Desde mi corazón de soldado, vaya un abrazo infinito para mi pueblo, para mi Fuerza Armada Nacional Bolivariana, siéntanme entre ustedes en este día de la dignidad nacional", señaló Chávez en mensaje con su rúbrica que Maduro leyó durante un acto transmitido "a petición del pueblo" en cadena nacional radio y televisión.

"Estoy con ustedes llevando la boina roja y el brazalete tricolor multiplicado en el amor popular, el amor que me sana y me da vida", añadió en una carta de 7 páginas, la primera que dirige a sus seguidores desde que está en Cuba y la segunda luego de la que envió a la pasada cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Aludió así a los atuendos que usó ese día y que se convirtieron en símbolo cuando entonces como militar, de uniforme y boina roja, anunció ante las cámaras de televisión que "por ahora" había fracasado la asonada e invitó a sus compañeros a deponer las armas.

"Cuánto lamento estar ausente físicamente del territorio patrio por primera vez en esta luminosa fecha de parto, pero así lo exige esta batalla que estoy dando por la plena recuperación aquí en la Cuba revolucionaria y hermana", añadió Chávez que se recupera de su cuarta operación desde que en junio de 2011 dijo que padecía cáncer.

Chávez, reelegido por tercera vez en octubre pasado para el período 2013-2019, aún no ha jurado a su nuevo mandato a causa de la intervención quirúrgica a la que se sometió tras anunciar que una segunda recaída de su enfermedad.

El Tribunal Supremo autorizó el pasado 9 de enero postergar la juramentación del gobernante, pautada para un día después, y avaló la continuidad del Ejecutivo que Maduro encabeza avalado por algunas atribuciones que Chávez le delegó mediante decreto.

Desde la oposición las críticas volvieron a llover contra el oficialismo en esta fecha y el líder de la oposición, Henrique Capriles, señaló que no hay "nada que celebrar" y sí "mucho que cambiar".

Agregó que por más que el Gobierno quiera "imponer" el 4 de febrero como "una fecha patria", para millones de venezolanos es y será el recuerdo de "un golpe fracasado".

Por su parte, la también dirigente opositora y diputada independiente María Corina Machado señaló en la misma red social: "Rebelión militar?Fue un golpe de estado que tiñó de sangre nuestras calles" y con la etiqueta "#LosMuertosNoSeCelebran".

El balance final de muertos de aquel intento de golpe de Estado, por el que Chávez estuvo dos años en prisión y salió en libertad tras un indulto presidencial, nunca quedó aclarado, aunque informes oficiales de la época establecían una relación de más de medio centenar de víctimas.

Los actos, que fueron transmitidos en dos ocasiones en cadena obligatoria de radio y televisión, estuvieron precedidos por concentraciones en varios puntos de Caracas, especialmente en la barriada del 23 de enero.

También se desvelaron pinturas con el retrato del presidente y se escucharon con insistencias arengas por su pronta recuperación y regreso al país.

"Presidente tómese el tiempo necesario que aquí en Venezuela nosotros lo esperamos lo que sea necesario para que usted venga sano, curado", señaló el presidente de la Asamblea Nacional y excompañero de armas de Chávez, Diosdado Cabello, vestido hoy de militar después de, según dijo, 19 años.