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Las autoridades australianas reubicaron la zona de búsqueda del avión malasio desaparecido el pasado marzo, al sur de la zona que en un principio se apuntó como su destino final, a unos 1.800 kilómetros de la costa occidental de Australia.

"La nueva zona de prioridad se sigue enfocando hacia donde se comunicó por última vez el avión con el satélite. Ahora estamos centrando nuestra búsqueda más al sur a lo largo de un arco que se apoya en estos cálculos", dijo el viceprimer ministro australiano, Warren Truss, en rueda de prensa.

El análisis de la información de los satélites permitió definir la nueva zona de búsqueda, que abarca unos 60.000 kilómetros cuadrados frente a los 860 kilómetros cuadrados en la que se buscaba previamente.

En esta nueva etapa se realizará un rastreo "en términos generales del área donde se comenzó a buscar la primera vez", mientras que la búsqueda submarina retomará sus trabajos el próximo agosto por un periodo de un año, si no se topa con el avión antes.

El barco Fugro Equator, contratado por Australia, y el navío Zhu Kezhen, de la Marina china, llevan trabajando varias semanas en la elaboración de un mapa del fondo marino y deberán completar sus tareas en unos tres meses. "La búsqueda submarina tiene como objetivo localizar al avión o cualquier tipo de evidencia que ayude con las investigaciones malasias sobre la desaparición" del avión, dijo Truss.

El jefe de la Autoridad Australiana de Seguridad en el Transporte, Martin Dolan, indicó, por otro lado, que la trayectoria por el océano Índico sugiere que "el avión estaba operando con el piloto automático hasta que se quedó sin combustible". Truss también calificó como "muy probable" la hipótesis de que el avión operara con el piloto automático, pero señaló que se desconoce en qué momento se activó este mecanismo.

El 18 de marzo, las autoridades definieron la zona de búsqueda en el sector meridional del Índico, a unos 2.500 kilómetros al suroeste de Perth, pero diez días después se trasladó el rastreo hacia el norte, a 1.800 kilómetros al suroeste de esa ciudad.

Al mes siguiente la búsqueda se desplazó aún más hacia el norte, en una zona donde se detectaron señales que se creyó que procedían de las cajas negras y en la que se realizó un rastreo submarino que al no encontrar ningún rastro obligó a revisar de nuevo todos los procedimientos.

Los trabajo de búsqueda todavía se centran a lo largo de un arco en el Índico donde los expertos estiman que el avión agotó el combustible y en el que los satélites detectaron por última vez señales del avión. El operador británico de satélites Inmarsat afirmó la semana pasada que los investigadores aún no han rastreado el área en la que ellos consideran que pudo caer el avión, situada más al sur.

El avión de Malaysia Airlines despegó de Kuala Lumpur en la madrugada del 8 de marzo con 239 personas a bordo y tenía previsto llegar a Pekín seis horas más tarde, pero desapareció de las pantallas de control de radar a los 40 minutos.

La aeronave cambió de rumbo en una "acción deliberada", según las autoridades malasias, para cruzar el Estrecho de Malaca en dirección contraria a su trayecto inicial y se cree que pudo estrellarse en el sur del Índico.