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Los grandes incendios han remitido en las últimas horas en Portugal, excepto en el parque natural de Peneda-Gerés, en Arcos de Valdevez, donde 222 efectivos y cinco medios aéreos combatían las llamas activas desde hace cinco días.

La Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC) lusa informó hoy de la existencia de 11 incendios activos, siete de ellos importantes y entre los que está el declarado en las inmediaciones del espacio protegido de Peneda-Gerés, fronterizo con Galicia.

En el incendio de Ponte da Barca, en el distrito de Viana do Castelo, trabajaban 55 efectivos, 12 vehículos, dos avionetas y un helicóptero.

Después de una severa semana de fuegos, la situación ha evolucionado favorablemente -el calor ha remitido-, aunque las autoridades continúan en estado de alerta, sobre todo por el viento, que ha dificultado la extinción de varios focos.

Especialmente críticos fueron los pasados 11, 12 y 13 de agosto, cuando la violencia de las llamas cercó algunas aldeas y amenazó otra de las joyas naturales de Portugal, el parque natural de Serra da Estrela, cerca de la región española de Castilla y León.

Según los últimos cálculos, la superficie que ha ardido este año en Portugal supera las 74.000 hectáreas, 58.000 de ellas, este mes.

No obstante, estos datos están aún lejos de los trágicos 2003 y 2005, cuando más de 300.000 hectáreas resultaron afectadas por las llamas.

Los incendios estivales, atribuidos en su mayoría a la acción del hombre, han provocado la muerte de tres bomberos, la evacuación temporal de aldeas y el corte de carreteras.