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La bomba que mató a los 224 ocupantes del Airbus A-321 ruso en Egipto fue colocada por los terroristas bajo uno de los asientos de pasajeros del avión, según la versión prioritaria de la investigación filtrada hoy por el prestigioso diario "Kommersant". La explosión, según expertos del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), se produjo en la cabina del avión y no en las bodegas de carga, como se creía al principio.

El epicentro de la explosión se hallaba en la parte trasera del Airbus siniestrado y la bomba pudo haber sido colocada bajo uno de los asientos junto a la ventanilla de la aeronave. Los expertos que investigan el atentado, según la fuente próxima a la investigación citada por "Kommersant", creen que el artefacto explosivo fue introducido en el avión por algún trabajador del aeropuerto egipcio de Sharm el Sheij.

La versión inicial de la tragedia obligó a las compañías aéreas a transportar por separado a los turistas que permanecían aún en la turística localidad egipcia y su equipaje, algo que habrá servido de poco de resultar cierta la información de "Kommersant".

Más de dos semanas después del peor siniestro aéreo de la historia de Rusia, Moscú admitió ayer que la catástrofe del Airbus de la compañía MetroJet fue un atentado, una tesis que defendían casi desde el principio los servicios de seguridad de Reino Unido y EEUU.

Tras ello, Putin aseguró que Rusia encontrará y castigará a los culpables del siniestro, ocurrido sobre el Sinaí egipcio, 23 minutos después de despegar de la localidad turística de Sharm el Sheij con destino a San Petersburgo.

Pocas horas después del anuncio, Rusia lanzó ataque masivo con bombarderos estratégicos y misiles de crucero contra posiciones del Estado Islámico en Siria.