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La jueza Sandra Arroyo Salgado, exesposa del fiscal argentino Alberto Nisman, encontrado muerto el pasado 18 de enero en circunstancias aún sin aclarar, afirmó que su exmarido fue "víctima de homicidio sin lugar a dudas".

"Alberto Nisman no se suicidó. A Alberto Nisman lo mataron", dijo la jueza, querellante en la causa por la muerte del fiscal, en una comparecencia ante la prensa, en la que presentó las conclusiones del informe elaborado por sus propios peritos.

La magistrada dijo que, en base al análisis de las pruebas recolectadas en el apartamento de Nisman, donde el fiscal fue hallado sin vida el 18 de enero con un disparo en la cabeza, se descartan las hipótesis de un accidente o de un suicidio. Para Arroyo Salgado, que junto a las dos hijas que tuvo con el fiscal y a la madre del procurador integra la querella en este caso, aseveró que la muerte de Nisman constituyó un "hecho criminal de magnitud".

Nisman, que investigaba el atentado de 1994 contra la mutualista judía AMIA, fue hallado muerto cuatro días después de denunciar a la presidenta argentina, Cristina Fernández, por el presunto encubrimiento de los iraníes acusados por el ataque.

Arroyo Salgado sostuvo que "la muerte violenta" de Nisman se dio en un "contexto político y judicial" que "ha marcado de lleno la institucionalidad de la República, además de poner en tela de juicio el rol del Estado nacional frente a la comunidad internacional en materia de terrorismo".

Según la jueza, Nisman no murió de forma instantánea sino que agonizó, su cuerpo no presentaba espasmo cadavérico -en contra de lo que afirmó la fiscal del caso-, fue movido de su posición original y no había presencia de alcohol en sangre.