La familia de Orlando Zapata lista para viajar a Miami con las cenizas del opositor
Los restos mortales del preso político Orlando Zapata, muerto en la cárcel tras un ayuno, han sido exhumados en el cementerio de Banes. La dictadura prometió entregar el cuerpo a la familia para poder incinerarlo y trasladarlo a Miami, donde reposará en un panteón. La madre viaja hoy junto a los suyos a Florida, donde promete seguir apoyando a la disidencia.
"Mañana ya vamos a viajar a Estados Unidos con destino a Miami, donde se le va a hacer el panteón que él se merece", dijo hoy a periodistas Reina Luisa Tamayo, madre de Orlando Zapata, a cuya memoria el exilio cubano prevé construir un monumento.
Este miércoles Tamayo realizó junto a otros 12 familiares los últimos trámites del viaje en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), donde se presentó con las cenizas de su hijo envueltas en una bandera cubana.
La incineración tuvo lugar después de que las autoridades de la isla procedieron ayer martes a exhumar los restos de Zapata en el cementerio de Banes (provincia de Holguín, este).
Ayer mismo los restos del disidente fueron trasladados en un coche fúnebre junto a su familia hasta La Habana, adonde llegaron en horas de la noche, y posteriormente se realizó la incineración.
Reina Luisa Tamayo aseveró que "como fue su petición" y "compromiso" siguió "paso por paso" los restos de su hijo, presenciando la exhumación y cremación, hasta que hoy le entregaron las cenizas.
"Con mucho valor he demostrado al pueblo cubano y a todo el mundo la resistencia de la familia Zapata", dijo Tamayo, al referirse al "sufrimiento" que han vivido tras la muerte del disidente.
"Esta madre seguirá luchando arduamente para lograr lo que tanto Orlando Zapata anhelaba para el pueblo cubano, que era la libertad y la democracia para todos los cubanos", apuntó Tamayo, preguntada sobre sus planes en Miami.
Según informó a su salida de la Oficina de Refugiados Políticos de la SINA, el grupo de trece familiares deberá presentarse al mediodía de mañana en un aeropuerto de La Habana para tomar el vuelo directo a Miami, cuya hora no ha sido precisada aún.
Orlando Zapata Tamayo falleció en febrero de 2010 tras una larga huelga de hambre en la cárcel para pedir ser tratado como preso de conciencia, una condición que le reconocía Amnistía Internacional, y su muerte suscitó una oleada de críticas desde Europa y Estados Unidos contra el Gobierno cubano.
En aquel momento el presidente Raúl Castro lamentó la muerte de Zapata, a quien el Gobierno cubano consideraba un delincuente común, y la relacionó con la confrontación con Estados Unidos.
En octubre de 2010 y a través de la Iglesia católica, el Gobierno cubano ofreció a los familiares de Orlando Zapata la posibilidad de irse de la isla y meses más tarde recibieron un visado para emigrar a Estados Unidos como refugiados políticos.
La madre del fallecido disidente siempre puso como condición para abandonar Cuba que se pudiera llevar los restos de su hijo.
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