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El féretro del expresidente israelí Simon Peres ya está en el Parlamento de Jerusalén. Los restos del que fuera también Nobel de la Paz permanecerán allí durante toda la jornada de este jueves. El féretro llegó a primera hora de la mañana al Parlamento o Kneset, donde permanecerá expuesto toda la jornada, y junto al que los principales dirigentes han depositado coronas de flores.

En una breve ceremonia en la que no ha habido discursos, el jefe del Estado, Reuvén Rivlin, fue el primero en colocar una ofrenda floral junto al ataúd, cubierto con una bandera de Israel y se mostró muy emocionado llegando a tocar el féretro. Posteriormente y por orden, lo hicieron el primer ministro, Benjamín Netanyahu, el presidente de la Cámara, Yuli Edelstein, y el jefe de la oposición y dirigente laborista, Itzhak Herzog.

Tras este breve acto, uno a uno diputados, destacados políticos y asesores y allegados de Peres han tenido la oportunidad de rendir sus respetos al que es considerado el último de los padres fundadores de Israel. Desde su llegada al Parlamento israelí, los restos de Peres han estado escoltados por oficiales de la Policía y una vez colocado el féretro sobre una tarima donde permanecerá hasta la noche, es custodiado por una guardia de honor.

A primera hora de esta jornada un convoy de vehículos policiales escoltó los restos del exmandatario israelí Nobel de la Paz, fallecido a los 93 años, desde la localidad de Tel Hashomer, vecina a Tel Aviv hasta Jerusalén. De acuerdo a un comunicado policial se espera que miles de personas acudan a darle su último adiós durante toda la jornada y hasta las 21.00 de la noche, hora local (18.00 GMT), aunque podría ampliarse ese plazo.

La Policía israelí ha desplegado un dispositivo especial con miles de agentes del orden y de la Guardia de Fronteras en diversos puntos de Jerusalén para garantizar que los actos se desarrollan sin incidencias. Asimismo se han dispuesto servicios de transporte gratuitos desde determinados puntos de la urbe y desde las vecinas poblaciones de Latrún y Modiín para facilitar a la ciudadanía su acceso a Jerusalén.

Muchas calles permanecerán cortadas al tráfico y la principal carretera que conecta Tel Aviv con Jerusalén se cerrará por la tarde para facilitar la asistencia de las decenas de delegaciones internacionales que tienen previsto acudir al sepelio, mañana, viernes, en el cementerio del Monte Herzl de Jerusalén.

Los servicios de seguridad de Israel preparan el dispositivo para garantizar el desplazamiento de los mandatarios, y el aterrizaje y despegue en unas pocas horas de más de 120 aviones.

Se trata de una cantidad superior a la que hubo en los funerales en 1995 por el asesinado Isaac Rabin. Desde la noche pasada las banderas de todas las instituciones oficiales israelíes ondean a media asta.