Unos 70.000 kurdos de Siria que huían del avance de los yihadistas del Estado Islámico (EI) en su país han entrado en territorio turco en las últimas 24 horas, anunció el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
"El ACNUR refuerza sus acciones para ayudar al Gobierno turco a acoger a unos 70.000 sirios que han llegado a Turquía en las últimas 24 horas", la mayoría mujeres, niños y ancianos, indicó la organización en un comunicado.
La ONU y Ankara se preparan para "la posibilidad de que cientos de miles de nuevos refugiados lleguen en los próximos días" a causa de los combates entorno a la ciudad kurda de Kobani, en el norte de Siria.
"Felicito al Gobierno turco por su respuesta de ofrecer refugio y ayuda a estas poblaciones que han sido obligadas a abandonar sus hogares por miedo a perder la vida", dijo António Guterres, alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, en la nota.
Esta "masiva afluencia muestra la importancia de ofrecer asilo a los sirios, así como la necesidad de movilizar ayuda internacional a los países vecinos que tan generosamente los acogen", agregó Guterres.
Hasta hace pocas semanas, la ciudad de Kobani vivía en relativa calma e incluso acogía a unos 200.000 desplazados internos de otras partes del país, pero el avance en los últimos días del EI, que actualmente mantiene sitiada la localidad, ha obligado a abandonarla a miles de kurdos.
La mayoría de los huidos, según el ACNUR, son mujeres, niños y ancianos. El Gobierno de Turquía está construyendo dos campos de refugiados para acoger aquellos que no han encontrado refugio en casa de sus familiares locales.
En los últimos días, la tensión había crecido en los pasos fronterizos sirio-turcos hasta el punto de que los kurdos de los pueblos turcos cercanos exigían que se abriera el paso a sus familiares que se agolpaban al otro lado de la valla y se enfrentaron a los militares lanzando piedras, a lo que las tropas respondieron con gas lacrimógeno.
El EI ha tomado el control en los últimos tres días de más de 60 pueblos en las inmediaciones de la localidad de Kobani, en el norte de Siria, según los datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que advirtió de que se desconoce el paradero de decenas de civiles de estas zonas, que podrían haber sido secuestrados o ejecutados por los yihadistas.