La llegada de miembros de la minoría rohinyá a Bangladesh huyendo de la violencia de Birmania (Myanmar) se intensificó en los últimos días pese al mal tiempo que azota la Bahía de Bengala, donde hoy se recuperaron cuatro cadáveres de niños de esta comunidad tras el hundimiento del bote en el que viajaban.
Más de medio millón de refugiados de esta minoría han arribado ya a territorio bangladeshí desde el pasado 25 de agosto, lo que supone unos 80.000 más que hace apenas 10 días, según datos de la oficina de la ONU en Bangladesh.
Miles de ellos optan por escapar de Birmania vía marítima pese a las malas condiciones meteorológicas que azotan en los últimos días la Bahía de Bengala, donde las autoridades bangladeshíes han pedido a las embarcaciones que se adentren en el mar con precaución y que permanezcan cerca de la costa.
Pese a la advertencia, los rohinyás se siguen lanzando a la mar, de donde se han recuperado 133 cadáveres de miembros de esta minoría desde el inicio de la crisis.
El último naufragio registrado tuvo lugar ayer y, según informaron desde la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dejó 23 muertos -8 mujeres y 15 niños- y cuarenta desaparecidos.
"40 personas siguen desaparecidas. Tememos que el número de víctimas mortales pueda ser de más de 60", indicó a Efe la portavoz de la OIM en el distrito bangladeshí de Cox's Bazar, Hala Jaber.
La tragedia dejó 17 supervivientes y policías, bomberos y guardafronteras continúan buscando más personas con vida en la zona.
Mientras tanto, los rohinyás llegados en el último mes a Bangladesh continúan asentándose en los precarios y sobrepoblados campamentos de refugiados del distrito de Cox's Bazar, la zona en la que tienen restringido su movimiento y donde se teme que se desate una grave crisis sanitaria.
Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció hoy que vacunará contra el cólera a los refugiados rohinyás instalados en territorio de Bangladesh.
Esta campaña contra el cólera se hace de forma preventiva ya que las condiciones en las que viven los refugiados, sin acceso a agua potable ni al saneamiento, son las propicias para que surjan enfermedades contagiosas, alertaron desde la OMS, que está también vacunando a los niños contra la polio, la rubeola y el sarampión.
Además, la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) advirtió de que sus equipos sobre el terreno en Cox's Bazar han detectado un alto número de casos de diarrea, que pueden o no estar relacionados con la bacteria que causa el cólera.
Por su parte, Unicef anunció hoy que establecerá 1.300 centros escolares en los campos de refugiados, que se sumarán a las 182 escuelas del organismo que ya atienden a 15.000 niños llegados a Bangladesh en anteriores oleadas migratorias.
En el ámbito político, los países miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU instaron hoy al Gobierno birmano a garantizar "acceso humanitario pleno y sin restricciones" al país y a hacer lo propio con la misión del organismo que indaga las presuntas violaciones cometidas contra los rohinyás.
En una resolución adoptada por consenso y sin necesidad de voto, los Estados miembros expresaron su "grave preocupación" por las recientes informaciones sobre serias violaciones de derechos humanos en Birmania (Myanmar) y pidieron el fin de la violencia y el retorno seguro, pronto y voluntario de todos los refugiados y desplazados rohinyás.
El inicio del éxodo de los rohinyás comenzó el pasado 25 de agosto, cuando se produjo un ataque por parte de un grupo insurgente de esta minoría musulmana contra puestos policiales y militares birmanos.
En respuesta, el Ejército birmano lanzó una campaña militar que ha sido tildada por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos como "limpieza étnica de manual", mientras que más de medio millón de miembros de esta comunidad han huido del país.