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El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, achacó al incumplimiento de las normas de seguridad el incendio en una discoteca de Bucarest que se saldó con 27 muertos y 184 heridos, entre estos últimos dos españoles. "Se ignoraron normas simples de seguridad", apuntaló Iohannis, quien se mostró consternado ante el trágico acontecimiento.

El jefe de Estado dijo que "esto es increíble; un local totalmente impropio", en declaraciones televisadas sobre la discoteca, de 425 metros cuadrados y bien conocida en la capital rumana, incendiada durante un concierto de rock.

"Me resulta inimaginable que pudiera haber tanta gente reunida para un concierto en un espacio similar y que una tragedia se haya producido en tan corto espacio de tiempo porque las normas más simples hayan sido ignoradas", dijo Iohannis.

Añadió: "Espero que las autoridades terminen rápidamente las investigaciones y tengamos las conclusiones para poder explicar a los padres, hermanos e hijos de las víctimas por qué ha sucedido esto".

Según Raed Arafat, secretario de Estado responsable de las gestiones de crisis, "no existe ningún documento para autorizar la actividad que se estaba desarrollando en el respectivo local".

En una sesión extraordinaria, el Gobierno rumano declaró hoy tres días de luto oficial y encomendó al fiscal del Estado que se persone en las investigaciones del siniestro.

Según explicaron a Efe dos testigos de la tragedia, un pequeño artefacto pirotécnico, que se suele utilizar con frecuencia en las celebraciones de cumpleaños en los bares en Rumanía, soltó chispas que provocaron que la esponja de un pilar que se hallaba a un metro de distancia comenzara a arder.

Inmutado ante las llamas que desprendía esa columna, el solista del grupo de rock rumano Goodbye to Gravity se molestó en realizar una pequeña broma: "Esto no estaba previsto en el programa", dijo.

Pocos segundos después, las llamas ascendieron hasta el techo, que también empezó a arder, lo que causó el pánico entre los 400 asistentes en el club y una estampida que se llevó por delante a mucha gente.

"Mucha gente murió por inhalación, porque no pudo salir hacia ningún lado; sólo había una puerta abierta, mientras que la otra se encontraba bloqueada", contó a Efe Ana, una joven que ha perdido a dos amigos, entre ellos el guitarrista del grupo musical.

"A mis espaldas, observé cómo se pisoteaban entre ellos, trepando unos sobre otros para lograr salir", relató en su cuenta de la red social Facebook Delia otra asistente, que consiguió escapar de la pesadilla entre los primeros, pero cuyo marido e hijo están hospitalizados por inhalación de monóxido de carbón.

"Cuando estaba fuera, oí una explosión y sentí que me golpeaba una ráfaga de aire caliente en la espalda. Empezó a arder mi pelo. Lo apagué con mi mano y me quemé. El aire estaba caliente, irrespirable, humo grueso y negro", explicó.

Sobre la reacción de los equipos de salvamento, la versión de Ana difiere de la oficial.

Mientras que Arafat dijo hoy que habían transcurrido tan sólo once minutos desde la primera llamada de alerta hasta la llegada de los primeros servicios de urgencia, Ana criticó que tardaran más de media hora.

Dijo que, además, no disponían de medios suficientes para atender a los heridos, y acusó a las autoridades de permisividad al pasar por alto irregularidades en las revisiones del establecimiento.

DIEZ PERSONAS SIGUEN EN ESTADO CRÍTICO

Muchos de los heridos sufren quemaduras en sus extremidades y en sus caras, mientras que otros padecen intoxicación por inhalación de humo y contusiones, explicaron miembros de los servicios médicos.

El secretario de Estado cree que la cifra de fallecidos aumentará porque "hay un pronóstico muy reservado" en algunos casos, seguramente tratándose de las diez personas que aún siguen en estado crítico.

Entre los lesionados hay dos ciudadanos españoles "fuera de peligro" en el hospital militar de Bucarest, según aseguraron a Efe fuentes diplomáticas.

El consulado de España en Bucarest se mantiene en alerta ya que no se pueden descartar más víctimas españolas debido a que aún falta identificar cuatro cuerpos sin vida y a otros cinco heridos.

Uno de los dos es Imanol Etxarri Galarzi, de 22 años, según confirmaron a Efe fuentes del citado hospital, que, sin embargo, declinaron revelar la identidad del otro español herido. Además, hay otros dos extranjeros en la lista de heridos: un italiano en estado grave y otro alemán.

Ante la magnitud del siniestro, el primer ministro, Victor Ponta, pidió que se inspeccionara "al máximo" todos los clubes del país. En un comunicado, el Gobierno de España ha transmitido hoy sus condolencias y su "máximo apoyo y solidaridad" a las autoridades y al pueblo rumano "en estos tristes momentos".