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Al menos cinco personas murieron hoy en Siria y decenas más resultaron heridas al reprimir las fuerzas de seguridad las protestas convocadas por activistas de la oposición, informó la cadena catarí de televisión Al Yazira. La cadena dijo que en el barrio de Doma, en las afueras de Damasco, cuatro personas perecieron cuando las fuerzas de seguridad reprimieron con fuego real una manifestación que había comenzado pacíficamente.

Además, en la localidad de Sanamein, unos 50 kilómetros al sur de Damasco, otra persona murió y unas treinta resultaron heridas al prohibir el Ejército que se desplazaran hasta allí residentes de aldeas cercanas para participar en un homenaje a las víctimas que hubo en esa misma ciudad la semana pasada.

Desde mediados del mes pasado grupos de la oposición siria han protagonizado manifestaciones de protesta para exigir reformas políticas al régimen de Bachar al Asad, que lleva once años en el poder, desde que sucedió a su padre, Hafez al Asad.

Con el fin de evitar que se repitieran las protestas que se han intensificado desde el 18 de marzo pasado, el Gobierno de Damasco decretó este viernes día laborable, en contra de la tradición de este país y de casi todas las naciones de la región.

En la ciudad de Deraa, en el sur del país, donde decenas de personas murieron el mes pasado durante manifestaciones políticas, la situación estaba hoy en calma, según dijo un vecino de esa ciudad.

El residente dijo que aunque después del mediodía comenzaron varias protestas políticas, hasta primeras hora de esta tarde se desarrollaban pacíficamente, y con la policía ausente de los lugares donde se realizaban las manifestaciones.

Por otra parte, en la ciudad portuaria de Latakia, donde el fin de semana pasado hubo doce muertos por un tiroteo entre las fuerzas de seguridad y grupos de desconocidos, según fuentes oficiales, la tranquilidad reinaba hasta primeras horas de esta tarde.

Según pudo comprobar Efe, en la ciudad apenas había actividades, porque estaban cerrados los centros comerciales, colegios y oficinas públicas.

El pasado jueves, el presidente Al Asad, en un discurso ante el Parlamento, dijo que Siria era víctima de una "gran conspiración" y agregó que las reformas políticas que pide la oposición tienen menos prioridad que el mantenimiento de la estabilidad y la atención de las necesidades primarias de la población.

Según cálculos de organismos de derechos humanos, desde que comenzaron las protestas en Siria ha habido más de cien muertos, entre ellos medio centenar en Deraa y una veintena en Sanamein.