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Al menos 47 niños murieron hoy cuando el autobús en el que viajaban chocó contra un tren en la provincia de Asiut, en el sur de Egipto, lo que motivó la dimisión del ministro egipcio de Transportes, Mohamed Rashad al Metini.

El Ministerio egipcio del Interior informó en un comunicado de que al menos 47 niños murieron y otros trece resultaron heridos de gravedad, por lo que estos últimos fueron trasladados a hospitales locales para recibir tratamiento.

También fallecieron el conductor del vehículo y dos cuidadores, según la agencia estatal de noticias Mena, que precisó que el accidente se produjo sobre las 08.00 hora local (06.00 GMT) cerca de la localidad de Manfalot, 400 kilómetros al sur del El Cairo.

Fuentes del Ministerio egipcio de Transportes explicaron a Mena que el conductor del autobús escolar se saltó el paso a nivel ubicado en el cruce de la carretera y la vía férrea y chocó con el tren que pasaba en ese momento.

El presidente egipcio, Mohamed Mursi, aceptó la dimisión presentada por su ministro de Transportes por su responsabilidad política en el accidente y pidió una investigación para determinar las causas de lo sucedido, así como indemnizaciones para los familiares de las víctimas.

Al Metini había aceptado previamente la renuncia del jefe de la Empresa Nacional de Ferrocarriles, Mustafa Qanaui.

Varios miembros del Gabinete egipcio, incluido el primer ministro, Hisham Qandil, se desplazaron al lugar de los hechos para coordinar las investigaciones, mientras continúan las labores de socorro y la retirada de los cadáveres.

Familiares de los fallecidos acudieron a la zona para manifestarse y exigir la ejecución de los responsables del accidente, lo que obligó a las autoridades locales a intervenir para intentar calmar los ánimos.

Los accidentes ferroviarios y de tráfico son habituales en Egipto debido al mal estado de los vehículos y las carreteras, la imprudencia de los conductores o la mala señalización de las vías.

La mayor tragedia ferroviaria de la historia de Egipto ocurrió en 2002, tras el incendio de un tren que cubría el trayecto entre El Cairo y Luxor, en el que murieron 376 personas.

Catherine Ashton,la jefa de la diplomacia europea ha recibido la noticia con "profunda tristeza", y considera "una tragedia la pérdida de tantas vidas jóvenes", según indicó su portavoz en un comunicado.

Ashton extendió sus más sinceras condolencias "a las familias y amigos de las víctimas, y al país en su totalidad".