La misión de observadores de la ONU en Siria (UNSMIS) denunció este martes una masacre en la provincia siria de Deir al Zur, en el este del país, donde han encontrado los cadáveres de trece personas maniatadas, algunas con disparos en la cabeza.
"Los observadores informaron del hallazgo de trece cuerpos anoche en el área de Assukar, 50 kilómetros al este de Deir al Zur. Todos los cadáveres tenían sus manos atadas a la espalda y parecía que algunos habían recibido disparos en la cabeza a corta distancia", dijo la portavoz de la UNSMIS, Susan Ghosheh, en un comunicado.
Tras este suceso, el jefe de la misión internacional, el general noruego Robert Mood, "profundamente conmocionado por este acto espantoso e inexcusable, insta a todas las partes a ejercer la contención y a detener el ciclo de violencia por el bien de Siria y de su pueblo", dice la nota.
Los observadores verificaron la ejecución en Deir al Zur, después de que este fin de semana comprobaran en la localidad de Hula, en la provincia central de Homs, el asesinato de más de un centenar de civiles.
Hace tres días, Mood informó al Consejo de Seguridad de la ONU de que los observadores militares y civiles encontraron los cadáveres de 116 personas y 300 heridos en Hula. Ayer, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos denunció que familias enteras fueron ejecutadas en la matanza.
El subsecretario general de la ONU para las Operaciones de Paz, Hervé Ladsous, aseguró que en Hula hubo muertos por fuego de artillería, lo que "apunta claramente a la responsabilidad del Gobierno" sirio y destacó que quienes fallecieron "por armas individuales y cuchillos" murieron "probablemente" a manos de "la Shabiha, las milicias locales" progubernamentales.
El régimen de Damasco ha negado cualquier responsabilidad en la masacre. La presión internacional contra el régimen de Bachar al Asad ha aumentado con la expulsión ayer de los embajadores sirios en varios países de la UE, EEUU, Canadá y Australia, entre otros.