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La oposición irlandesa se desmarcó del drástico plan de ajuste presentado por el Gobierno para recibir a cambio la ayuda de la UE y el FMI y advirtió de que lo cambiará si gana las elecciones que deberían celebrarse una vez completado el proceso de rescate de la economía del país.

La advertencia la hizo en el Parlamento nacional (Dáil) el líder del conservador Fine Gael (FG), Enda Kenny, haciéndose eco de la opinión de la mayoría de los irlandeses, todavía en estado de "shock" por los recortes de 15.000 millones de euros planteados este miércoles por el Gobierno para los próximos cuatro años.

Kenny, hasta ahora muy poco valorado por el electorado, acusó al Ejecutivo de pecar de "suprema arrogancia", después de que el ministro de Finanzas, Brian Lenihan, haya calificado de "sinsentido" la intención del FG de presentar la próxima semana una plan de austeridad alternativo.

La aplicación del llamado "Plan de Recuperación Nacional" aspira a ahorrar 15.000 millones de euros y reducir el déficit público hasta el 3% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2014, después de alcanzar este año el 32%.

Para ello, el Ejecutivo prevé recortes de 3.000 millones de euros en prestaciones sociales, el ahorro de 1.200 millones con la eliminación de 24.750 puestos de funcionarios y la subida generalizada de impuestos.

Según explicó a Efe un portavoz oficial, la UE y el FMI pueden recomendar la introducción de "cambios" en el contenido del plan cuatrienal durante las negociaciones que mantiene con el Gobierno sobre el rescate financiero a Irlanda.

En opinión del FG, el citado texto es "decepcionante" y omite cualquier propuesta relacionada con "el sector bancario, la creación de empleo y los recortes del gasto en el sector público".

Kenny insistió en que el plan "decepciona por su pobreza de ambición y detalle" y en que tampoco ha servido para generar confianza en los mercados internacionales y el pueblo irlandés, "sino todo lo contrario", precisó.

El líder de la oposición también caracterizó a los diputados del gobernante Fianna Fail (FF) y sus socios minoritarios del Partido Verde como una "banda sombría, desmotivada y vencida", carcomida por un sentimiento de culpa por su papel en el colapso de la economía.

"El pueblo le destrozará cuando tenga la oportunidad", le espetó al primer ministro irlandés, Brian Cowen, quien afirmó poco antes que el plan ofrecerá a la ciudadanía la "oportunidad" de evaluar el impacto que éste tendrá sobre "sus vidas diarias".

El primer contratiempo para el Gobierno podría producirse en el condado de Donegal, noroeste de Irlanda, cuyo electorado acude a las urnas para votar en unas elecciones parciales que podrían debilitarlo aún más.

Según las encuestas, el candidato del Sinn Fein, Pearse Doherty, parte con una ligera ventaja sobre la opción del Fianna Fail en esta circunscripción de una de las zonas más remotas y aisladas del país, con altos niveles de desempleo, emigración y una industria pesquera en declive.

Su victoria dejaría al partido de Cowen con una mayoría de sólo dos escaños en el Dáil, adonde debe acudir el próximo 7 de diciembre para aprobar los presupuestos generales del Estado de 2011, clave para acceder al paquete de ayuda de la UE y el FMI.

El ganador en Donegal, no obstante, volverá a someter su escaño a votación a principios del próximo año, ya que Cowen ha prometido convocar elecciones generales en cuanto se aprueben los presupuestos y concluyan las negociaciones del plan de rescate.

En este sentido, la oposición ha indicado que podría rechazar las cuentas públicas para 2011, que prevé recortes de 6.000 millones de euros, lo que paralizaría el proceso de rescate de la economía irlandesa, que necesita unos 85.000 millones de euros para sanear su política presupuestaria y salvar el sistema bancario.