El "sí" parece imponerse en el referéndum egipcio entre denuncias de fraude
La mayoría de los egipcios votaron a favor del proyecto de Constitución en el reciente referéndum, según los resultados no oficiales difundidos hoy, que para la oposición se deben al fraude cometido en la votación.
Al día siguiente de la celebración de la segunda fase del plebiscito, los Hermanos Musulmanes anunciaron el triunfo del "sí" con el 63,9% de los votos, un dato confirmado por la televisión egipcia y el diario estatal Al Ahram.
La cofradía islamista, que apoya el texto constitucional, aseguró que en la votación de ayer la Carta Magna logró un respaldo del 71,4% de los votantes, al ganar el "sí" en dieciséis de las diecisiete provincias en que se llevó a cabo el sufragio.
La única en la que se impuso el "no" fue Menufiya (norte), según los Hermanos Musulmanes, cuyos datos apuntan a una victoria holgada del "sí" en el resto de regiones, entre las que se encuentran Giza, que abarca parte de El Cairo, Suez (este) y Luxor (sur).
En la primera vuelta, que se celebró el pasado 15 de diciembre en otras diez provincias, entre ellas El Cairo y Alejandría, triunfó el "sí" con casi el 57% de los votos, siempre según los datos oficiosos.
Para el Frente de Salvación Nacional (FSN), que aglutina a gran parte de la oposición no islamista, el resultado a favor del proyecto de Carta Magna se debe al "fraude, las violaciones y las irregularidades detectadas" durante la votación.
El FSN había pedido el voto para el "no" en el referéndum porque opina que la redacción del borrador de la Constitución estuvo monopolizada por los islamistas y que el texto recorta derechos y libertades, además de abrir la puerta a una interpretación islamista de la ley, entre otras críticas.
Varios dirigentes de la coalición anunciaron hoy en una rueda de prensa en El Cairo que van a impugnar los resultados de la consulta y que han presentado estas irregularidades ante la Fiscalía General.
Los opositores advirtieron de que tratarán de cambiar la Constitución a través de "medios democráticos" y apuntaron que "el referéndum no es el fin del camino, sino sólo una de las batallas sobre el futuro de Egipto".
El excandidato presidencial izquierdista Hamdin Sabahi subrayó que van a continuar su "lucha pacífica para lograr la caída de la Constitución".
En su opinión, los resultados del referéndum confirman que no hay consenso sobre el proyecto de Carta Magna, que "divide en dos al pueblo egipcio".
"Esta constitución no es adecuada para los egipcios y esperamos que la Comisión Electoral examine las pruebas de la falsificación de la votación", agregó.
La Comisión Electoral anunciará sus resultados una vez que haya estudiado las denuncias y recibido los votos de todos los colegios electorales, algo que podría ocurrir mañana, aunque todavía no hay una convocatoria oficial al respecto.
Entre las infracciones detectadas por el FSN figura la apertura tarde de algunos colegios y la presencia de seguidores de los grupos islamistas, que guiaban a los electores a votar "sí".
Pese a las denuncias de fraude, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), el brazo político de los Hermanos Musulmanes, aseguró en un comunicado que, de acuerdo con sus observadores, la votación y el recuento ocurrieron bajo supervisión judicial completa.
La primera vuelta del plebiscito fue boicoteada por el Club de Jueces, la mayor asociación de la magistratura de Egipto, mientras que la segunda tampoco fue supervisada por los miembros del Consejo de Estado, órgano de la justicia administrativa.
Para el PLJ, encabezado por el presidente egipcio, Mohamed Mursi, hasta que asumió el poder, durante el referéndum hubo pocas irregularidades, que en general no influyeron en el proceso de votación.
Este partido expresó su esperanza en que la aprobación de la Constitución sea "una oportunidad histórica para unir a las fuerzas nacionales y cumplir los objetivos de la Revolución del 25 de Enero".
En este sentido, el presidente del PLJ, Saad Katatni, dijo en su cuenta de Twitter que su partido "tiende las manos a todos los grupos políticos para diseñar juntos la próxima etapa".
Sobre esta invitación, el líder del partido Frente Democrático, Osama Ghazali Harb, consideró que "el diálogo viene en un momento inadecuado y es ilógico".
La aprobación del texto -de confirmarse los resultados- supone una victoria de los islamistas, pero la profunda división en la sociedad egipcia a causa del texto hace difícil que se alcance a corto plazo estabilidad y consenso en el país.
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