El presidente Duterte amaga con sacar a Filipinas de la ONU
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, amenazó hoy con sacar a su país de la ONU tras las críticas del organismo internacional a su lucha extrajudicial contra el tráfico de drogas, que ha costado la vida a un millar de personas desde mayo pasado, cuando asumió el poder.
La amenaza se produce después de que expertos en derechos humanos de la ONU exigieran al Gobierno de Manila que frenara sus métodos expeditivos contra el narcotráfico, que incluyen la incitación al asesinato de presuntos implicados en el tráfico ilegal.
De acuerdo con informaciones de prensa, alrededor de un millar de personas han muerto en el marco de esa política desde que Duterte fuera elegido presidente en mayo pasado.
Tras considerar que las críticas de los especialistas de la ONU son "estúpidas", Duterte calificó a Naciones Unidas de "inútil".
En una rueda de prensa, el presidente filipino advirtió: "si la ONU dice una cosa mala sobre mi yo puedo decir diez cosas malas sobre la ONU", al mencionar el fracaso de la organización en la lucha contra el hambre, el terrorismo y los conflictos armados.
"Quizá decida separarnos de Naciones Unidas", agregó, y adelantó que en ese caso convocaría a China y a los países africanos para crear otro organismo de carácter global.
Interrogado por las posibles repercusiones de sus declaraciones, fue explícito: "¿Repercusiones? Me importan una mierda".
De temperamento mercurial, Duterte ganó popularidad tras convertirse en 1988 en alcalde de Davao, en la sureña isla de Mindanao y donde fue regidor durante 22 años en distintos periodos caracterizados por su defensa a ultranza de las ejecuciones extrajudiciales de delincuentes.
Según crónicas periodísticas de la época, esa línea de conducta redujo el índice criminalidad en esa ciudad, donde Duterte era conocido con los apodos de "El Castigador" y "Harry el sucio".
Organizaciones en favor de los derechos humanos denunciaron las prácticas del entonces alcalde del Duterte, que tampoco es la primera vez que es criticado por Naciones Unidas.
En un informe de 2009, la ONU acusó ya al actual presidente filipino de "no prevenir y sugerir en público el apoyo al "asesinato" de todo tipo de maleantes, perpetrados por "escuadrones de la muerte" que contaban con supuesto amparo administrativo.
El presidente filipino, que ha anunciado la restauración de la pena de muerte, se ha comprometido en acabar con el narcotráfico en seis meses, de acuerdo con una promesa que hizo durante la campaña que le permitió ganar las últimas elecciones por amplia mayoría.
También durante su campaña presidencial hizo un comentario, en este caso en tono jocoso, que le costó agrias críticas.
"¿Estaba enfadado porque la violaron? Sí", comenzó por decir Duterte en un evento público al recordar la violación colectiva y el asesinato de la misionera australiana Jacqueline Hamill durante un motín y toma de rehenes en 1989 en una cárcel de Davao.
"Pero era tan guapa...¡El alcalde debió haber sido el primero (en violarla)!", añadió.
Esas palabras cosecharon numerosas carcajadas entre los asistentes al acto pero también llenaron las redes sociales de críticas de usuarios que lo consideraron "una vergüenza" para el pueblo filipino.
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