El presidente de Zimbabue confirma que está detenido en su casa pero que está bien
Los soldados zimbabuos bloquean edificios del gobierno en medio rumor de golpe de Estado
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, ha mantenido una conversación telefónica con su homólogo sudafricano, Jacob Zuma, en la que le ha confirmado que se encuentra "encerrado en su casa" y que "está bien", informa hoy la televisión pública de Sudáfrica SABC.
Zuma ha anunciado, en un comunicado, que enviará a Zimbabue al ministro de Defensa, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, y al titular de Seguridad, Bongani Bongo, para entrevistarse con Mugabe y con los mandos de las Fuerzas Armadas tras la intervención militar que alimenta los rumores de un golpe de Estado en el país.
El mandtario sudafricano, que también es presidente de la organización regional Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC, siglas en inglés), reclamó al Gobierno de Zimbabue y a las Fuerzas Armadas que "resuelvan el 'impasse' político de forma amistosa".
Sudáfrica, que mantiene una estrecha relación con el país vecino, pide al Ejército de Zimbabue que "garantice que no se pone en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad en el país". "El presidente Zuma ha llamado a la calma y la contención y ha expresado su esperanza de que los acontecimientos en Zimbabue no desemboquen en cambios inconstitucionales de gobierno, dado que eso sería contrario a las posiciones tanto de la SADC como de la Unión Africana", se indica en el texto. "La SADC continuará siguiendo de cerca la situación y está lista para asistir donde sea necesario para resolver este 'impasse' político", agrega.
Zimbabue vive hoy en tensión después de que las fuerzas armadas diesen un paso adelante contra el Gobierno de Robert Mugabe. Según las informaciones de la prensa local, los militares mantienen bloqueados los accesos a edificios oficiales y han detenido a varios ministros.
En un mensaje de madrugada en la televisión pública, un portavoz de las fuerzas armadas aseguró que no se trata de una "toma militar" del Gobierno, sino de una operación contra "criminales del entorno del presidente.
La tensión en Zimbabue empezó a escalar en la tarde de ayer, después de que varios tanques fueran vistos en dirección a Harare, solo un día después de que el jefe de las fuerzas armadas del país, Constantine Chiwenga, advirtiera de que se tomarían "medidas correctivas" si continúa la purga de veteranos en el partido del presidente, Robert Mugabe, de 93 años y en el poder desde 1987.
El partido de Mugabe, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), respondió este martes a Chiwenga al afirmar que sus palabras sugerían una "conducta de traición" destinada a "incitar a la insurrección y al desafío violento del orden constitucional".
En el contexto de fondo de estas acusaciones se encuentra la destitución, la semana pasada, del exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, un incondicional del partido y veterano de guerra que sonaba como sucesor del presidente.
Mnangagwa huyó a Sudáfrica y, en un comunicado, sostuvo: "Pronto controlaremos los resortes del poder en nuestro bello partido y país".
El paso al frente de las Fuerzas Armadas es visto en el país como un ataque directo a la facción del ZANU-PF alineada con la esposa del presidente, Grace Mugabe, quien jugó un rol determinante en la salida de Mnangagwa, tras meses de ataques verbales.
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