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El presidente iraquí designa nuevo primer ministro y aparta a Maliki del poder
- La Liga Árabe acusa a yihadistas de cometer crímenes contra la humanidad
- Contraofensiva kurda surte sus primeros efectos con la toma de dos ciudades
El caos político que vive Irak alcanzó hoy su cénit con el nombramiento del chií Haider al Abadi como nuevo primer ministro, lo que en principio desaloja del poder al jefe de Gobierno interino, Nuri al Maliki, aunque este no parece dispuesto a renunciar al cargo.
En medio de la ofensiva yihadista del Estado Islámico (EI) en el norte de Irak y de una polarización política sin precedentes, el presidente del país, Fuad Masum, encargó la formación de gobierno a Al Abadi, hasta ahora vicepresidente del Parlamento.
En el acto participaron algunos de los principales líderes políticos del país, como el presidente del Parlamento, el suní Selim al Yaburi, o el jefe de la mayor coalición chií, la Alianza Nacional, Ibrahim al Yaafari, que postuló al primer ministro designado.
"La seguridad de Irak está en sus manos. Los asuntos deben volver a su cauce normal", dijo el presidente a Al Abadi tras encomendarle su misión.
Sin embargo, sobre el futuro más próximo de Al Abadi se ciernen diferentes amenazas.
La primera es saber cuál será la reacción de Al Maliki a su sustitución por Al Abadi -quien, por cierto, es miembro de su mismo partido, Dawa-, después de que anoche en un discurso insistiera en que su intención era proseguir un tercer mandato y que anunciara que va a demandar al presidente por violar la Constitución.
Desde la pasada noche, las fuerzas de seguridad se han desplegado en los puntos neurálgicos de Bagdad, pese a que la situación permanece tranquila.
En segundo lugar, Al Abadi deberá conseguir formar un gobierno que respalde el Parlamento en un plazo de 30 días, algo que no está ni mucho menos asegurado teniendo en cuenta la volatilidad de las alianzas y el cambiante entorno político.
Y, por último, tendrá que hacer frente desde el primer minuto a la ofensiva yihadista del Estado Islámico (EI) en el norte de Irak, que ha conseguido dejar buena parte del país fuera del control del Gobierno central.
Existen dudas fundadas sobre si finalmente Al Abadi podrá llegar a gobernar, como las que expresó a Efe un portavoz de los "peshmergas" (tropas kurdas) en una entrevista en Erbil.
"Los cambios (en el Gobierno iraquí) no están claros. Se ha elegido al nuevo primer ministro, pero no está claro que Al Maliki le vaya a dejar su puesto", consideró Helgurd Hikmet Mela Ali, director de la oficina de medios del Ministerio de "Peshmergas".
Pese a ello, Ali matizó que a los kurdos no les preocupa la persona que ostente el cargo, sino "si esa persona va a respetar la Constitución y no a seguir sus propios intereses".
Washington y Bruselas aplaudieron de inmediato el nombramiento del nuevo primer ministro en lugar de Al Maliki, a quien acusan de dividir el país y alienar a la minoría suní.
Incluso Irán, tradicional aliado de Al Maliki, se había distanciado en las últimas fechas de su antaño estrecho colaborador.
La brecha con Teherán se hizo evidente con las repetidas advertencias lanzadas por la máxima autoridad religiosa chií, Ali al Sistani, a Al Maliki para que este se hiciera a un lado.
Al Abadi ha tenido una presencia prominente en la política iraquí en la última década, y su nombre ya sonó como posible relevo de Al Maliki en 2010.
Nacido en Bagdad en 1952 y doctorado en Ingeniería Electrónica, vivió en Londres como opositor en el exilio al régimen de Sadam Husein hasta la caída de este en 2003, tras lo cual regresó a su país.
De 2003 a 2004, desempeñó el cargo de ministro de Telecomunicaciones y posteriormente ha sido también consejero del primer ministro y presidente de las comisiones de Economía y Finanzas en el Parlamento.
LA LIGA ARABE CONDENA EL YIHADISMO POR CRIMINES CONTRA LA HUMANIDAD
La Liga Árabe condenó hoy con firmeza "los crímenes contra la humanidad" que perpetra la organización yihadista Estado Islámico (EI) contra los cristianos y yazidíes iraquíes, y pidió que los culpables comparezcan ante la justicia internacional.
En un comunicado, el secretario general de la organización panárabe, Nabil al Arabi, recordó en ese sentido que hay informes que indican que los yihadistas asesinaron recientemente a más de 500 yazidíes y expulsaron a decenas de miles de sus hogares.
Asimismo, Al Arabi repudió las operaciones de deportación que el EI lleva a cabo contra los civiles yazidíes y cristianos y miembros de otras minorías de la ciudad de Mosul y sus alrededores, en el norte de Irak.
Por último, instó a todos los órganos regionales e internacionales a intensificar sus esfuerzos para ayudar a Irak a salir de la actual crisis y disponer la debida protección a las minorías iraquíes, y proteger la práctica de culto de todos los iraquíes sin distinción.
La condena de la Liga Árabe se produce después de que una fuente del Gobierno municipal de Sinyar informara ayer a Efe de que unos 20.000 civiles pertenecientes a la minoría yazidí habían logrado escapar del cerco del EI en torno al cercano Monte Sinyar, en el norte de Irak.
Se calcula que todavía hay más de 130.000 miembros de la comunidad yazidí desplazados en esa zona, a la espera de recibir la ayuda humanitaria que EEUU y Reino Unido están ofreciendo desde el aire, que en muchos casos se estropea cuando impacta contra el suelo, ya que los paquetes son lanzados desde aviones a gran altura. EFE
CONTRAOFENSIVA KURDA
Por otro lado, la contraofensiva que los "peshmergas" kurdos, con el apoyo de los bombardeos de EEUU, han lanzado sobre las posiciones yihadistas en el norte de Irak dio hoy sus primeros frutos con la toma de dos ciudades estratégicas.
Las localidades de Gwer y Majmur, en los límites de la región autónoma del Kurdistán iraquí, fueron hostigadas durante dos días por los cazabombarderos estadounidenses, lo que permitió a la infantería kurda avanzar hoy sobre ellas sin encontrar excesiva resistencia.
La ubicación de ambas localidades es capital para alejar el fantasma del grupo yihadista Estado Islámico (EI) del hasta ahora próspero y estable Kurdistán iraquí, un firme aliado occidental en el avispero iraquí.
Majmur está enclavada en la confluencia de las provincias de Kirkuk, Erbil y Nínive, por lo que su captura encierra un alto valor estratégico, pese a que el EI permanece fuerte en sus bastiones, especialmente la cercana ciudad de Mosul, la segunda mayor de Irak, que capturó hace justo dos meses.
El Pentágono confirmó que hoy llevó a cabo una cuarta serie de ataques aéreos selectivos con aviones de combate y aparatos no tripulados en el norte de Irak, dirigidos contra las posiciones del EI en las proximidades de Erbil, capital del Kurdistán iraquí.
Según los datos aportados por el Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM), estos ataques destruyeron una posición de mortero y varios vehículos armados, uno de los cuales estaba disparando contra las fuerzas kurdas en los accesos a Erbil.
Dirigentes militares kurdos aseguraron a la agencia kurda Rudaw que en todos los frentes de la provincia de Nínive los yihadistas se están replegando, mientras que en Kirkuk y en el norte de la provincia de Diyala sus números están descendiendo.
Pese a todo, en el frente de Yalaula, en Diyala, los "peshmergas" se hallan inmersos en combates en los que habrían muerto unos 25 milicianos extremistas.
La reacción militar kurda, con la cobertura aérea también de la aviación iraquí, permitió hoy a unos 20.000 civiles de la minoría yazidí escapar del cerco al que estaban sometidos en el Monte Sinyar, junto a la ciudad del mismo nombre, que concentra a la mayoría de fieles de esta religión esotérica y preislámica.
Una fuente del Gobierno municipal de Sinyar explicó a Efe que los yazidíes consiguieron llegar a zonas del Kurdistán iraquí y de la cercana Siria, gracias a la ayuda militar kurda.
TERROR YIHADISTA
Pese a ello, también aseguró que combatientes del EI han ejecutado en los últimos días a cientos de yazidíes por rechazar convertirse al islam, si bien no pudo precisar el número exacto.
En esa misma línea, señaló que unas 300 familias yazidíes, que habitan las aldeas de Jansur, Koya y Hetin, han sido amenazadas de muerte por el EI si no abrazan la fe musulmana en un plazo que expira esta tarde.
Otra fuente, el redactor jefe del diario local "Mahdar", Luqman Kuli al Jansuri, puntualizó que el ultimátum de los yihadistas afecta en total a más de 500 familias: 330 en el pueblo de Jansur, 120 de la localidad de Koya, y otras 54 del pueblo de Hetin.
La campaña de terror emprendida por los extremistas, con la cooperación de miembros del antiguo régimen de Sadam Husein y milicianos tribales, ha obligado ya a huir de sus hogares a unos 600.000 civiles pertenecientes a minorías étnicas y religiosas.
"Alrededor de 150.000 miembros del grupo étnico shabak, 250.000 turcomanos y 200.000 seguidores del credo yazidí han sido forzados por los grupos terroristas a desplazarse", dijo Henin al Qedu, diputado de la provincia septentrional iraquí de Nínive, en una rueda de prensa en Bagdad.
Al Qedu aseguró que "las operaciones de asesinato, saqueo y violaciones continúan en las aldeas de mayoría shabak y también en las localidades yazidíes y cristianas en Sinyar".
Los cristianos, yazidíes, turcomanos y shabak son algunas de las minorías que han convivido durante mucho tiempo con los musulmanes en Irak, donde ahora son perseguidos por el EI.
La mayoría de estos grupos, presentes en el país durante cientos e incluso miles de años, vive en la provincia de Nínive, una zona de historia y cultura milenarias surcada por el río Tigris y situada a unos 400 kilómetros al noroeste de Bagdad.