Las protestas prosiguen en Brasil pese al diálogo propuesto por Rousseff

  • Los manifestantes completan dos noches frente a la casa del gobernador de Río

Las manifestaciones que sacuden a Brasil desde la semana pasada prosiguieron este domingo, con protestas en unas 20 ciudades, pese al diálogo propuesto este sábado por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en un pronunciamiento a la nación.

Ni el pronunciamiento en el que la jefa de Estado propuso un pacto nacional para mejorar los servicios públicos ni la reducción de las tarifas de transporte público en las mayores ciudades, que era la reivindicación inicial de los manifestantes, han convencido a los brasileños a cesar sus movilizaciones.

DOS NOCHES ACAMPADOS

Un pequeño grupo de manifestantes pasó su segunda noche acampado frente a la residencia particular del gobernador del estado brasileño de Río de Janeiro, Sergio Cabral, a la espera de que el gobernante escuche sus reivindicaciones.

Su protesta, una de las muchas para reclamar mejores servicios públicos que se desarrollan en Brasil desde hace dos semanas, prosigue hoy domingo, para cuando se prevén nuevas manifestaciones en ciudades como Río de Janeiro, Sao Bernardo do Campo y Fortaleza.

En esta última ciudad, en la que en la tarde se medirán España y Tahití por la Copa Confederaciones, la protesta será contra los elevados gastos del Gobierno en los estadios exigidos por la FIFA para que Brasil organice el Mundial de 2014.

Los manifestantes, que completaron más de cuarenta horas acampados frente a la residencia particular de Cabral en el lujoso barrio de Leblon, quieren una explicación del gobernador a los excesos cometidos por la policía en la represión de la manifestación del pasado jueves por el centro de la ciudad que congregó a cerca de 300.000 personas.

La Policía, atacada a pedradas por un pequeño grupo, lanzó gases lacrimógenos para dispersar la manifestación y salió en persecución por varias calles de quienes promovían actos vandálicos pero sin distinguir a quienes marchaban pacíficamente ni a cientos de personas que estaban en bares y restaurantes ajenos a la protesta.

Los manifestantes, que en la noche del viernes pasaban de mil pero han ido disminuyendo, montaron cuatro barracas en la avenida que bordea la playa de Leblon y la Policía cerró la vía para evitar un accidente de tráfico o un incidente con los conductores que pasan por el lugar.

Para este domingo han sido convocadas por las redes sociales nuevas manifestaciones en diferentes ciudades.

Además de la protesta en Fortaleza contra los gastos en el Mundial, en la playa de Copacabana de Río está prevista una marcha contra un proyecto de ley en discusión en el Congreso que reduce los poderes de investigación del Ministerio Público y que, según los manifestantes, puede favorecer la impunidad de políticos corruptos.

Algunas de las organizaciones que promueven las manifestaciones también proponen en las redes sociales una posible paralización de actividades para el próximo jueves, lo que puede ser prohibido por la justicia debido a que las huelgas sólo pueden ser convocadas por sindicatos formalmente registrados.

LAS PROTESTAS PIERDEN FUELLE

Pese a que perdieron intensidad desde el jueves, cuando movilizaron a cerca de 1,2 millones de brasileños en un centenar de ciudades, las manifestaciones, apoyadas por el 75 por ciento de los brasileños según una encuesta divulgada el sábado, se mantienen en las calles.

Ni la invitación al diálogo y a un pacto nacional para mejorar los servicios públicos hecha por la presidenta Dilma Rousseff el pasado viernes ni la reducción de las tarifas de transporte público en las mayores ciudades, que era la reivindicación inicial de los manifestantes, han convencido a los brasileños a cesar con sus protestas.

Las acciones comenzaron la semana pasada en Sao Paulo, exclusivamente contra la subida de las tarifas de transporte público, pero sumaron otras reivindicaciones, como mayores inversiones en la salud y la educación pública, y críticas contra la corrupción y los elevados gastos del Gobierno para organizar eventos como el Mundial de fútbol de 2014.