Los rebeldes avanzan militarmente mientras el jefe del CNT llega a Trípoli
Unidades de elite rebeldes libias, apoyadas por bombardeos de la OTAN, penetraron hoy en el corazón urbano del oasis meridional de Bani Walid, donde se cree que se esconden Seif al Islam y Saadi, dos de los hijos más belicosos del coronel Muamar el Gadafi.
El rápido avance coincidió con nuevos combates y bombardeos en las proximidades del resto de los grandes bastiones gadafistas, como Sirte, Jufrah y Sebha, y con la primera visita del presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafa Abdulyalil, a la capital desde que fuera conquistada.
Abdulyalil llegó a la capital entre fuertes medidas de seguridad tras unas breve visita a la localidad vecina de Misrata, donde algunos grupos han comenzado a criticar la actividad del órgano que dirige.
En la citada población, una de la que más soldados ha aportado para el levantamiento, el ex ministro de Justicia de Gadafi volvió a instar a las tropas a esforzarse para tratar de entrar de forma pacífica en las poblaciones que todavía resisten.
"Debemos tratar de extender las manos y mostrar con ello nuestras intenciones pacíficas, y conseguir así poder entrar de forma pacífica, evitando los combates", afirmó.
En este sentido, la cabeza política de los rebeldes subrayó una vez más que "la prioridad es todavía alcanzar la liberación total de la patria libia".
Además, volvió a recordar que "la declaración de la victoria" definitiva no se hará pública hasta que haya sido muerto o capturado el huido dictador.
"No debemos olvidar que Muamar el Gadafi sigue vivo, que tiene dinero y oro, y que esos recursos puede usarlos para comprar hombres", afirmó.
Del paradero del coronel y de sus vástagos nada cierto se sabe desde que a finales de agosto abandonaran de forma precipitada la capital, al parecer en dirección al sur.
Algunos fuentes lo han situado consecutivamente en Sirte, en el oasis de Bani Walid, en la ciudad desértica de Sebha y en un área de grandes dunas y rocosas cordilleras cercana la frontera con Chad y Níger.
E incluso en este último país, a donde esta semana llegó un convoy militar libio cargado de dinero, oro y armas, con una docena de altos cargos del régimen y al mando de un jefe tribal tuareg cercano a Gadafi.
Sin embargo, el Gobierno de Niamey ha negado que en la caravana estuviera el coronel.
En cuanto a los hijos, uno de los portavoces del CNT en el frente de Bani Wlid insistió hoy a Efe en que ambos se hallan en el interior del asediado oasis, junto al ex jefe de la Inteligencia militar Musa Ibrahim, algo imposible de confirmar.
"No sé si en el interior está el propio Gadafi. Puede ser, pero lo que si le garantizo es que están sus hijos y Musa Ibrahim. Fueron vistos hace dos días y están localizados", declaró Abdala Kensil, uno de los hombres que han intentado negociar una capitulación pacífica.
Kensil aventuró que la batalla por el control de esta urbe, situada a unos 150 kilómetros al sur de Trípoli, será complicada, ya que los atrincherados han aprovechado ese tiempo de diálogo para armarse y recibir refuerzos.
"Calculamos que en el interior de la ciudad están apostados unos 600 hombres, armados con fusiles de asalto, lanzaderas de misiles al hombro y lanzagranadas ARP. Entre ellos, un centenar de francotiradores", señaló.
"Creíamos que eran menos pero en los últimos días han llegado más refuerzos de lugares como Sebha y Sirte", agregó el negociador, quien sin embargo no explicó como esos refuerzos pudieron burlar el cerco que los rebeldes mantienen a la ciudad.
Las palabras de Kensil también dejaron la impresión de que el combate que se libra en Bani Walid, "puerta por puerta, y tejado a tejado", es desigual e imprevisible.
Al parecer, los hombres que están atrincherados en el interior forman parte de las tropas de elite, "extremadamente bien preparadas y disciplinadas".
Frente a ellos, las tropas rebeldes son más numerosas y están igualmente bien armadas, pero carecen de experiencia en la guerra urbana.
Aún así, el general rebelde Daw Dejek, quiso hoy, sábado, lanzar un mensaje de optimismo ante la prensa que espera frente a Bani Walid y aseguró que la eventual liberación de la ciudad "está muy próxima".
"Quiero decirle a los habitantes de Bani Walid que los abandonen y los aislen. Todavía queda tiempo para que se rindan. Aquellos que hayan estado con el régimen pero no tengan las manos machadas de sangre, pueden estar seguros que la rebelión los respetará y cuidará de su seguridad", destacó.
En estos primeros combates, al menos dos rebeldes han resultado muertos y más de una veintena heridos, mientras que una docena de gadafistas han sido hecho prisioneros
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