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Las elecciones de Francia y Grecia han mostrado un rechazo ciudadano a la receta de austeridad prescrita por la UE durante los últimos dos años e inciden en la apuesta por políticas de crecimiento que ya está planeando Bruselas.

Este rechazo siembra la esperanza de un cambio de estrategia en el plano económico en Francia y en Europa, pero amenaza la recuperación griega al abrirse un panorama político complicado.

Una vez pasada la resaca de las elecciones francesas, que dejaron prácticamente en un segundo plano los comicios griegos, hoy se ha vuelto a notar cierta preocupación en Bruselas sobre el futuro del Estado heleno por el resultado que ha salido de las urnas.

"La Comisión Europea espera que el futuro Ejecutivo (de Grecia) respete los compromisos", señaló hoy la portavoz comunitaria Pia Ahrekilde, al tiempo que recordó que, si cumple este requisito, Atenas seguirá recibiendo ayudas para desarrollar las reformas que exige el segundo programa de asistencia financiera al país.

Los ciudadanos griegos castigaron este domingo en las urnas a la coalición gubernamental -socialistas del Pasok y conservadores de Nueva Democracia (ND)- por haber transigido con las exigencias de consolidación fiscal y reformas impuestas desde Bruselas como condición "sine qua non" para ayudar al país y evitar su quiebra.

El Parlamento heleno quedará más fragmentado que nunca, con partidos que van desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha neonazi, lo que no solo aleja la estabilidad política del país sino que abre la vía a un replanteamiento de los acuerdos con Bruselas.

El Centro Europeo de Estudios Políticos (CEPS, por sus siglas en inglés) resta importancia al color de los partidos que estén en el poder en Grecia, pero reconoce que la política helena avanza sin un rumbo claro y eso no favorece la situación económica.

"Si queremos evitar el colapso griego hay que poner más dinero en Grecia, pero no sabemos adónde quiere ir el pueblo griego", afirmó hoy el director del CEPS, Daniel Gros, quien sostuvo que los partidos hasta ahora al mando de Grecia prometieron muchas cosas que nunca llegaron a cumplir.

La incertidumbre no hace sino revivir los comentarios sobre una posible salida de Grecia del euro, que este analista europeo no solo no descarta sino que ve cada vez más posible, mientras la Comisión Europea espera que no se produzca.

Andonis Samarás, el líder de ND, el partido más votado en las elecciones de ayer, explicó que para poder formar gobierno en Grecia -tras el ascenso de los partidos antieuropeístas- quizá haya que modificar los términos del memorándum firmado con Bruselas el pasado febrero a cambio del segundo rescate, que incluye duras medidas de austeridad.

"Los socios europeos han manifestado una y otra vez su intención de apoyar a Grecia y que creemos que el país debe permanecer dentro de la zona euro", incidió hoy el portavoz comunitario de Asuntos Económicos y Monetarios, Amadeu Altafaj.

Recalcó, no obstante, que la solidaridad es bidireccional, y pidió una implementación completa e inmediata de las reformas en Grecia.

La otra cara de la moneda es la situación en Francia, donde la derrota del presidente Nicolas Sarkozy y el futuro liderazgo del socialista François Hollande han devuelto la esperanza a los que veían imposible volver a la senda del crecimiento económico sólo con recortes.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se reunirá "próximamente" con Hollande, quien se presenta como el artífice del cambio hacia el crecimiento en Europa, pese a que Bruselas recuerda que esa estrategia está presente en la UE desde hace tiempo.

La Comisión no ha cambiado el actual enfoque en la promoción del crecimiento, ya que "todo el tiempo ha incidido en dos frentes: la consolidación presupuestaria y el crecimiento y el empleo", afirmó Ahrekilde, en referencia a las voces que hablan de un giro en la política económica de la UE impulsado por el cambio en Francia.

Lo mismo opina Gros, quien considera que la llegada de Hollande alienta el debate entre diversas fuerzas políticas, pero no cambiará en sustancia la estrategia europea hacia la recuperación.

Hollande tomará posesión de la presidencia francesa el próximo día 15, según informaron hoy fuentes socialistas y gubernamentales.

Si Hollande no viaja antes a Bruselas, el próximo jefe del Estado francés coincidirá con los líderes de la UE (Barroso y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy) durante la cumbre del G8 que se celebrará los próximos días 18 y 19 de mayo en Camp David (Maryland, EEUU).