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Una réplica de 6,6 grados vuelve a sacudir Japón cuando se supera el millar de muertos
- Tokio decreta la alerta nuclear para descartar fugas radiactivas
- la central nuclear de Fukushima, cuyo sistema de ventilación se ha visto dañado por el seísmo
Un terremoto de 6,6 grados de magnitud en la escala abierta de Richter sacudió las provincias de Nagano y Niigata, en la costa occidental de Japón, trece horas después del devastador seísmo de 8,8 grados que se produjo en la costa oriental del país.
El terremoto tuvo lugar hacia las ocho de la tarde hora española y se sintió en Tokio, donde los edificios volvieron a temblar, aunque la Agencia Meteorológica de Japón no ha emitido en esta ocasión alerta de tsunami. En la provincia de Nagano, en el noroeste de Tokio, el seísmo alcanzó una intensidad de 6 en la escala japonesa de 7, que toma como referencia las zonas afectadas más que la intensidad del temblor.
El epicentro se situó en la provincia de Niigata y a una profundidad de diez kilómetros, según la Agencia Meteorológica nipona. Apenas 35 minutos después, un segundo temblor se produjo en esa misma área de Japón, de nuevo sin que se emitiera alerta de tsunami y con una intensidad similar a la del primero.
Uno de los peores de la historia
Ha sido uno de los terremotos más devastadores de la historia. Sus 8,9 grados en la escala de Richter han provocado un tsunami con olas de hasta 10 metros que han arrasado la costa noreste de Japón. El Gobierno japonés advierte que el número de víctimas puede ser muy alto. Algunas fuentes elevan ya a mil los muertos. Hay cientos de desaparecidos. Los tres españoles que podrían estar en la zona y que no han podido ser localizados se encuentran bien según la embajada.
Un devastador terremoto de 8,8 grados de magnitud en la escala de Richter, seguido de un fuerte tsunami, causó cientos de muertos y al menos 350 desaparecidos en el este de Japón, un país acostumbrado a los temblores pero que nunca había visto nada semejante.
Entre doscientos y trescientos cadáveres fueron hallados en áreas costeras de la ciudad oriental de Sendai, donde muchas zonas residenciales quedaron anegadas a causa de un tsunami que, con olas de hasta 10 metros, arrastró docenas de vehículos y viviendas, según la policía local. Aunque algunas fuentes hablan ya de más de mil muertos.
El Ministerio de Defensa dijo que cerca de 1.800 viviendas en la provincia oriental de Fukushima han quedado destruidas, por lo que la cifra final de fallecidos puede superar el millar, según Kyodo.
Por el momento el recuento oficial habla de 133 muertos y 531 desaparecidos por el terremoto, mientras que las autoridades de la ciudad de Sendai dicen que hay entre 200 y 300 víctimas mortales por el tsunami que ha devastado esa zona costera.
El Gobierno ha enviado unos 8.000 militares para las labores de rescate a las áreas afectadas, además de un equipo a las inmediaciones de la central nuclear de Fukushima, cuyo sistema de ventilación se ha visto dañado por el seísmo.
Según la operadora Tokyo Electric Power, el nivel de radiación y de presión se está incrementando en uno de los edificios que alberga la turbina de uno de los reactores nucleares.
En los alrededores de esa central nuclear han sido evacuados cerca de 3.000 residentes, mientas en Tokio el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, aseguró que la situación en la planta está bajo control.
También advirtió de que la cifra de víctimas puede ser "extremadamente alta" y pidió a los ciudadanos que se mantengan en guardia ante las numerosas réplicas del seísmo, que en la madrugada del sábado habían superado ya las sesenta, algunas cercanas a los 7 grados.
El Ministerio de Defensa ha organizado una fuerza conjunta con los militares de EEUU desplegados en Japón para afrontar de forma coordinada las labores de rescate, para las que ya hay preparados 300 aviones y 40 buques.
Ya entrada la noche, las labores de emergencia eran especialmente intensas en las provincias de Miyagi e Iwate, dos de las más afectadas por el seísmo, que tuvo su epicentro en el Océano Pacífico, a 130 kilómetros de la costa y 20 kilómetros de profundidad.
TRANSPORTE PARALIZADO
El seísmo, seguido de tres réplicas de al menos 7 grados, paralizó temporalmente el transporte en gran parte de Japón, suspendió el servicio de tren bala o Shinkansen y cerró los dos aeropuertos de Tokio, si bien algunos servicios ya han sido parcialmente restablecidos.
Tokio, la mayor ciudad del mundo con más de 30 millones de habitantes en toda su área metropolitana, tembló con fuerza a las 14.46 hora local (5.46 GMT) por un seísmo que se produjo en el Océano Pacífico, a 20 kilómetros de profundidad y 130 kilómetros de la costa.
Muchos edificios se tambalearon y la gente salió a las calles asustada, mientras miles de personas se vieron obligados a pasar la noche en refugios o en sus oficinas debido a que no funcionaba el transporte.
Sendai, a unos 350 kilómetros de Tokio y con un millón de habitantes, ha sido una de las ciudades más golpeadas por el seísmo.
Allí las autoridades han emprendido la búsqueda de numerosos desaparecidos, entre ellos los pasajeros de un barco que transportaba a cerca de un centenar de viajeros, y dos patrulleras de la guardia costera arrastradas por las aguas.
También se trata de localizar el paradero de un tren que viajaba entre las ciudades de Sendai e Ishinomaki, con un número indeterminado de pasajeros y con el que no se ha logrado contactar tras el temblor.
En una de las provincias costeras colindantes, Iwate, cerca de 300 edificios se vieron arrastrados por las aguas, según el Departamento local de Bomberos.
OLAS DE HASTA 10 METROS
El tsunami causó olas de hasta diez metros y se llevó por delante docenas de vehículos y casas en Sendai, una ciudad de un millón de habitantes donde las imágenes de televisión mostraron numerosos automóviles arrastrados por las aguas y la pista del aeropuerto anegada.
El temblor bloqueó además las líneas de telefonía móvil, que aún no funcionan con normalidad, ha alterado la señal de la televisión y ha dejó cerca de 4,4 millones de hogares sin electricidad, según la cadena de televisión NHK. El metro de Tokio, donde miles de personas salieron asustadas a las calles, permanece paralizado, igual que el "Shinkansen", o tren bala, mientras los aeropuertos tokiotas de Narita y Haneda se vieron obligados a cerrar temporalmente para revisar los daños en las pistas.
80 INCENDIOS
El terremoto también provocó cerca de 80 incendios en el norte y el este del archipiélago, incluido un pequeño fuego en el centro nuclear de Onawaga, que pudo ser controlado sin que se produjera ninguna fuga, según la operadora de la planta, Tohoku.
Los incendios obligaron a numerosas plantas industriales a suspender la producción, incluida una gran refinería en la provincia de Chiba, donde se produjo una fuerte explosión unas horas después del seísmo sin que se haya informado de víctimas. Otros grandes grupos nipones como Toyota, Sony o Nissan también paralizaron su producción en las plantas de la zona y evacuaron a sus empleados.
EL MAYOR DE LA HISTORIA
El terremoto fue el mayor en la historia de Japón, con una magnitud de 8,8 grados en la escala abierta de Richter, por encima de los 7,2 grados del seísmo que sacudió Kobe en 1992 y causó 6.400 víctimas.
El temblor paralizó la actividad de once centrales nucleares, aunque el Gobierno ha rechazado la existencia de fugas radioactivas.
No obstante, como dicta el protocolo nipón en estos casos, ha decretado el estado de emergencia de energía nuclear.
Cerca de 2.000 personas que residían en un radio de dos kilómetros de la central de Fukushima fueron evacuadas a petición de las autoridades locales al detectarse problemas en el sistema de ventilación, lo que ha llevado al Gobierno a enviar un avión con militares para controlar esas instalaciones.
El Gobierno del primer ministro japonés, Naoto Kan, ha hecho un llamamiento a la calma, ha enviado varios aviones de las Fuerzas Aéreas para evaluar los daños y ha desplegado 8.000 militares a la zona del seísmo.
También ha pedido a las fuerzas de EEUU, que mantienen 48.000 militares en sus cerca de cien bases en Japón, que contribuyan en la asistencia de las víctimas en las zonas sacudidas por el seísmo, que ha provocado numerosos incendios.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó hoy que su país está dispuesto a enviar toda la ayuda necesaria a Japón tras el "devastador" terremoto registrado en este país.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, convocada en principio para tratar sobre los precios del petróleo, Obama indicó que el tsunami causado por el terremoto, que ha llegado ya a las costas occidentales de EEUU, no ha causado daños hasta el momento pero "supervisamos muy de cerca" la situación.
Obama indicó que ha conversado ya con el primer ministro japonés, Naoto Kan, para ofrecerle la asistencia y las condolencias de su país. Los dos aeropuertos de Tokio, Haneda y Narita, suspendieron su actividad tras el seísmo, aunque a las 19.00 hora local (10.00 GMT) el segundo reanudó las salidas de sus vuelos.