La represión de las protestas contra el presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, originó hoy la muerte de varias personas y decenas de heridos, mientras parecen haber quedado en punto muerto las gestiones para buscar una solución política. Las manifestaciones continuaron en varias ciudades del país después de que la víspera se sucedieran las declaraciones contradictorias acerca de la posible renuncia en un mes de Saleh, quien, sin embargo, dijo que sólo entregaría el poder por medio de elecciones democráticas.
Al menos dos personas murieron a causa de los disparos efectuados por las fuerzas de seguridad yemeníes para dispersar las protestas en las ciudades de Eb y Baida, en el suroeste y centro de Yemen, respectivamente, según fuentes médicas.
Un manifestante falleció y otros 33 resultaron heridos durante las protestas que pedían la caída del régimen de Saleh en el centro de Eb.
Diversas fuentes explicaron que ocho personas presentaron heridas de bala, mientras que el resto sufrieron lesiones por las pedradas lanzadas en las manifestaciones que desencadenaron en situaciones de caos y violencia.
Los disturbios en los que derivaron las protestas en Eb son confusos, ya que unos aseguran que los autores de los disparos eran miembros de las fuerzas del orden y otros culpan de ellos a grupos de hombres armados.
Algunos testigos informaron de que agentes vestidos de civil dispararon contra los participantes en las protestas en esta ciudad del suroeste del país.
Sin embargo, fuentes de los servicios de seguridad indicaron que un grupo de hombres armados que se encontraban entre los manifestantes disparó contra la policía y los viandantes.
Estos disparos causaron, según las fuentes, ocho heridos, entre ellos cinco agentes y tres civiles.
En cuanto a Baida, a 200 kilómetros al sur de Saná, la represión policial de las protestas se saldó con un manifestante muerto y otros cinco heridos.
Eb y Baida no son las únicas ciudades en las que hoy se celebraron manifestaciones, también Taiz, a 257 kilómetros al suroeste de la capital yemení, ha sido escenario de violentos choques entre grupos de manifestantes de la oposición y fuerzas policiales.
El director de un hospital de campaña situado en el centro de Taez, Sadq al Sugaa, señaló que más de 60 personas resultaron heridas, entre ellas 22 a causa de los disparos de las fuerzas del orden.
Al Sugaa explicó también que más de 250 fueron atendidos en este centro médico improvisado con síntomas de asfixia debido a los gases lacrimógenos que arrojaron las fuerzas de la policía y de la Guardia Presidencial.
Los enfrentamientos comenzaron cuando los manifestantes intentaron acercarse al palacio presidencial de la localidad.
Mientras la oposición no parece dispuesta a abandonar las calles, la solución política a la crisis que vive el país desde que comenzaran las protestas a finales de enero parece lejana.
Ayer, Saleh insistió en una entrevista con la cadena británica BBC, reproducida por la agencia oficial de noticias SANA, en que sólo entregaría el poder en un proceso que se ajuste a los parámetros de la Constitución y a través de las urnas.
Estas declaraciones coincidieron con anuncios oficiales de que Saleh estaba dispuesto a ceder el poder en los términos fijados por una iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Esta propuesta, dada a conocer el pasado jueves, establece que Saleh transfiera el poder al vicepresidente del país, Abdi Rabo Mansur Hadi, en el plazo de treinta días, y dos meses después se celebren elecciones parlamentarias y presidenciales.
Otro de los pilares de la iniciativa de los países del Golfo es la formación de un gobierno de unidad nacional, a lo que se opone la oposición, que no quiere participar en un gabinete con Saleh, en el poder en Yemen desde la unificación entre el norte y el sur del país en 1990.