El papa se reunió con víctimas de abusos sexuales en Filadelfia
El papa Francisco se reunió hoy en Filadelfia con víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia, según anunció el mismo pontífice, quien dijo que todos los responsables de esos crímenes "rendirán cuentas".
"Los crímenes, los pecados de los abusos sexuales a menores no pueden ser mantenidos en secreto durante más tiempo", dijo el papa al comienzo de un encuentro en esta ciudad estadounidense con obispos.
"Acabo de reunirme con un grupo de personas abusadas de niños que son ayudadas y acompañadas aquí en Filadelfia con un especial cariño por el arzobispo (de Filadelfia) monseñor (Charles) Chaput y nos pareció que tenía que comunicar esto a ustedes", anunció.
"Lo llevo grabado en el corazón", dijo Jorge Mario Bergoglio sobre el "sufrimiento de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes, continúa abrumándome la vergüenza por personas que tenían a su cuidado a esos pequeños a quienes les causaron graves daños", añadió.
"Lo lamento profundamente, Dios llora", exclamó.
"Ustedes, ellos, los supervivientes de abusos se han convertido en verdaderos heraldos de esperanza y ministros de misericordia; humildemente les debemos a cada uno de ellos y a sus familias nuestra gratitud" por sus actitudes en este asunto, dijo.
La reunión, explicó la Santa Sede, se celebró entre las 8 y las 9 de la mañana en el Seminario de san Carlos Borromeo, duró una media hora y en ella el papa se encontró con cinco adultos (dos mujeres y tres hombres) que sufrieron abusos sexuales cuando eran menores.
Todos ellos iban acompañados de un familiar o de una persona de confianza, además del cardenal Seán Patrick O'Malley, arzobispo de Boston y presidente de la comisión creada por el papa para la Protección de los Menores, y el arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput.
También estuvo presente el obispo Michael J. Fitzgerald, responsable de protección de menores en la diócesis de Filadelfia.
El papa, según un comunicado del Vaticano, escuchó sus testimonios, se dirigió a todos ellos en conjunto y luego habló con cada uno, antes de rezar conjuntamente.
El pontífice "manifestó que comparte su sufrimiento, su dolor y vergüenza por las heridas que les infligieron miembros del clero o colaboradores eclesiales", según recoge la nota vaticana.
"Renovó el empeño personal y el de la Iglesia para que todas las víctimas sean escuchadas y tratadas con justicia, los culpables sean castigados y los crímenes de abuso sean combatidos con un trabajo eficaz de prevención en la Iglesia y en la sociedad".
Por último, el papa agradeció a las víctimas "su contribución esencial para restablecer la verdad y comenzar el camino de la recuperación".
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