El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aseguró hoy que la situación en los reactores dañados de la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi sigue siendo "muy seria" aunque no ha empeorado desde el miércoles.
Graham Andrew, asesor científico del director general del OIEA, Yukiya Amano, declaró a la prensa que la situación en el reactor 4 de la planta es la "de mayor preocupación", ya que no se sabe nada sobre el nivel de agua en las piscinas de combustible nuclear usado.
Asimismo, no se sabe nada sobre la temperatura del agua en esa piscina desde el pasado 14 de marzo y los expertos del OIEA no descartan que esté hirviendo.
Según los datos que maneja la agencia nuclear de la ONU, la situación de los reactores 1, 2 y 3 es "relativamente estable", dijo Andrew.
En todo caso, el experto del OIEA advirtió de que todavía es "demasiado temprano" para poder decir que hay esperanza para Fukushima Daiichi.
"Es positivo que (la situación) no haya empeorado, pero todavía es posible que empeore. No quiero especular", manifestó el asesor de Yukiya Amano, quien se encontraba hoy de camino a Japón, donde quiere visitar personalmente el lugar de los hechos.
Este jueves, camiones-cisterna militares y de la policía luchan por enfriar el reactor número 3 de la central japonesa de Fukushima, mientras que los técnicos intentan restaurar la electricidad que permita activar el sistema de refrigeración dañado por el terremoto y tsunami del día 11.
Según la televisión pública NHK, previamente, helicópteros militares habían lanzado toneladas de agua marina, sin conseguir bajar la temperatura de la piscina de combustible del reactor.
Según los ocupantes de uno de los helicópteros militares que sobrevolaron la zona, en la piscina de la unidad 4 todavía se apreciaba agua, indicó TEPCO, por lo que la prioridad se ha establecido en el 3.
El Gobierno de Japón, no obstante, asegura que no hay planes de ampliar el área de evacuación más allá del radio establecido de 20 kilómetros de la planta de Fukushima.
Helicópteros militares y camiones cisterna arrojaron hoy toneladas de agua marina en un intento desesperado por enfriar el reactor número 3 de la planta de Fukushima (nordeste de Japón), que emite elevados niveles de radiación.
Jugándose la vida, operarios, militares y policías japoneses trabajaron contrarreloj para refrigerar la unidad 3 de la planta, algo que según TEPCO, la empresa que la opera, logró introducir al menos algo de agua en las piscinas de combustible nuclear.
Esta mañana, en varias pasadas, los helicópteros de las Fuerzas de Auto Defensa de Japón lanzaron agua sobre el reactor 3, lo que provocó que emitiera vapor de agua, indicativo de que el líquido llegó a las barras de combustible utilizado, altamente peligrosas.
Los helicópteros sobrevolaron el reactor 3 a una altura de menos de cien metros, pero según fuentes militares sus diez tripulantes no sufrieron una radiación grave: tras ser descontaminados presentaban un nivel inferior a los 60 milisievert, frente a los 100 que se consideran el máximo en una misión de emergencia.
En una segunda operación, camiones con cañones de agua se turnaron para lanzar agua sobre el reactor 3, en un intento por refrigerarlo y evitar que el combustible radiactivo usado quedase expuesto.
Tras la operación, TEPCO indicó que no había detectado grandes cambios en las niveles de radiación en los alrededores de la planta, pese al vapor que se elevó desde la piscina de combustible.
Los responsables de la empresa, que mañana continuarán arrojando agua a esa unidad, trabajan también a la desesperada para devolver la electricidad a la central, cuya crisis mantiene en vilo al mundo desde el sábado pasado por el temor a un desastre nuclear.
El objetivo de los técnicos es reactivar, al menos parcialmente, el sistema de refrigeración de las instalaciones, dañado por el terremoto del día 11 y el devastador tsunami que lo siguió y causó más de 15.000 víctimas en el nordeste de Japón, entre ellas en la provincia donde se ubica la planta.
El Gobierno japonés, no obstante, asegura que no hay planes de ampliar el área de evacuación más allá del radio establecido de 20 kilómetros de la planta de Fukushima.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón insistió en que la prioridad es enfriar con agua suficiente los reactores 3 y 4, que presentan los problemas más serios, y especialmente sus piscinas de combustible atómico.
Éstas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo.
Según los ocupantes de uno de los helicópteros militares que sobrevolaron la zona, en la piscina de la unidad 4 todavía se apreciaba agua, indicó TEPCO, por lo que la prioridad se ha establecido en el 3.
Las piscinas de estas dos unidades estaban situadas cerca del techo del edificio que albergaba los reactores, pero éste quedó seriamente dañado a causa de explosiones de hidrógeno, por lo que no hay una cubierta que reduzca sus emisiones.
El Gobierno de Japón evacuó a más 200.000 personas en un radio de veinte kilómetros en torno a la central y ha instado a los que viven entre 20 y 30 kilómetros a que no salgan de sus casas, cierren las ventanas y no enciendan el aire acondicionado.
La embajada de Estados Unidos en Japón, por su parte, recomendó hoy a sus ciudadanos que se encuentran en un radio de 80 kilómetros de la central que abandonen la zona, al tiempo que el Pentágono ha anunciado que enviará un grupo de expertos para ayudar a Japón en su crisis nuclear.
A última hora del jueves, los operarios habían conseguido instalar algunos cables eléctricos en la planta con la esperanza de poder alimentar mañana, viernes, los sistemas de refrigeración del reactor 2, cuya vasija de contención está parcialmente dañada y entraña un nuevo riesgo de fuga.
En Tokio, el gobierno alertó a la población sobre un apagón a última hora del día debido a los problemas del suministro eléctrico. Por ello, pidió a los operadores de tren del área capitalina, habitada por más de 30 millones de personas, que recorten sus servicios desde la tarde y solicitó a las empresas que reduzcan el consumo.