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El número de muertos a causa de la serie de terremotos de hasta 5,8 grados que sacudieron el martes la región italiana de Emilia Romagna ascendió hoy a 17, mientras la tierra sigue temblando en el norte del país y el Gobierno ha adoptado nuevas medidas para hacer frente a la reconstrucción.

Los bomberos localizaron poco después del mediodía local, entre los escombros de una fábrica de la población de Medolla, en la provincia de Módena, el cadáver de la última persona desaparecida, tras los episodios sísmicos del martes, de la que se tenía noticia.

El hallazgo tuvo lugar después de intensas horas de trabajo por parte de los equipos de rescate, que excavaron durante toda la noche entre los escombros de la factoría en la que luego se localizó el cadáver y cuyo derrumbe produjo la muerte de otras dos personas ayer.

LOS HERIDOS SE CIFRAN EN 350

El balance de la tragedia asciende así a 17 muertos y unos 350 heridos, al tiempo que el jefe de la Protección Civil italiana, Franco Gabrielli, explicó hoy que el número de personas que han recibido asistencia tras los sismos se sitúa en "cerca de 15.000", aunque subrayó que hay "muchas más" actualmente fuera de sus casas.

Las autoridades italianas trabajan ahora para prestar asistencia a los evacuados y encontrar soluciones a los importantes daños registrados, mientras la tierra sigue sin dar tregua en Emilia Romagna, una zona considerada hasta ahora de un nivel de riesgo sísmico "medio-bajo".

Durante la pasada noche y la jornada de hoy se sucedieron numerosas réplicas, entre ellas una de 3,8 grados, con epicentro en la provincia de Módena, una de las más afectadas y en la que la población sigue en vilo.

Los expertos señalaron, además, que no se puede excluir que haya nuevos temblores en los próximos días y semanas en la zona, una de las más industrializadas de Italia y que ahora deberá hacer frente a las ingentes pérdidas económicas originadas por los destrozos que han causado los terremotos.

Y es que los temblores de ayer llegaron cuando Emilia Romagna aún no se había repuesto de los efectos de otro seísmo registrado el 20 de mayo, que causó siete muertos, más de 6.000 evacuados e importantes daños en la industria, la agricultura y el patrimonio artístico del país.

Con este fin, el Gobierno tecnócrata de Mario Monti aprobó hoy en un Consejo de Ministros celebrado en Roma nuevas medidas de ayuda y decretó para el próximo 4 de junio una jornada de luto nacional. El Ejecutivo amplió, además, a las provincias de Reggio Emilia y Rovigo el estado de emergencia decretado el pasado 22 de mayo en Bolonia, Módena, Ferrara y Mantua.

Se aprobó también el aumento de dos céntimos de euro en los impuestos sobre la gasolina hasta el 31 de diciembre de 2012, cuya recaudación se destinará a la reconstrucción, al igual que los fondos recabados gracias a nuevas medidas impulsadas para el ahorro en el gasto público.

Monti aseguró que "nadie será dejado solo" y llamó a la unidad, mientras en Italia se ha desatado la polémica por la celebración, el 2 de junio, del desfile militar por el día de la República, ya que muchos ciudadanos y políticos han pedido a través de las redes sociales que este año sea suprimido y que los fondos destinados a ello se utilicen en la reconstrucción.

En respuesta a esas peticiones, el jefe del Estado italiano, Giorgio Napolitano, señaló que la celebración del desfile será "sobria" y dedicada a las víctimas, pero confirmó que se llevará a cabo.

También han sonado con fuerza las críticas por la falta de previsión y por la decisión de autorizar el acceso a escuelas, viviendas y empresas, tras el terremoto del 20 de mayo.

Los sindicatos italianos acusaron a las empresas de haber forzado la vuelta al trabajo de los empleados en estructuras que podían haberse visto dañadas por el terremoto del 20 de mayo y que no habían sido aseguradas de forma correcta.

Asimismo, la fiscalía de Módena ha abierto una investigación para aclarar el derrumbe de edificios y naves industriales, muchos de ellos de construcción reciente