El jefe torturador del Jemer Rojo, condenado a 35 años de prisión
El jefe torturador del antiguo régimen del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, ha sido condenado a 35 años de cárcel por el tribunal internacional de Camboya, tras ser declarado culpable de crímenes contra la Humanidad, asesinato y tortura.
Kaing Guek Eav, de 67 años y conocido como "Duch", es el primero de los cinco ex destacados cargos que el tribunal ha condenado por su implicación en las atrocidades cometidas durante aquel régimen que causó la muerte de al menos 1,7 millones de personas en 44 meses, desde abril de 1975 a enero de 1975.
El tribunal rebajó cinco años de pena al considerar que el ex jefe de la prisión de Tuol Sleng o la S-21, detenido en 1999 y acusado formalmente en julio de 2007, estuvo encarcelado de forma ilegal y cooperó con la Justicia, por lo que deberá cumplir otros 19 años de cárcel tras haber pasado ya 11 años entre rejas.
La Fiscalía de las Cámaras Extraordinarias de los Tribunales de Camboya, denominación oficial del órgano judicial auspiciado por la ONU, había pedido 40 años de prisión, la máxima pena contemplada por la legislación camboyana.
Por su parte, la defensa pidió la absolución de Duch, a quien pintó como servidor de la jerarquía del Jemer Rojo, a la vez que cuestionó que el tribunal tuviese "jurisdicción" para procesarle.
Con Duch en pie y aparentemente inquieto, el fallo fue dado a conocer tras la lectura, durante más de una hora, de las conclusiones a las que llegaron los jueces.
"Todas las personas detenidas en la S-21 tenían el destino de ser ejecutadas de acuerdo a la política dictada por el Partido Comunista de Kampuchea para aplastar a los enemigos", dijo Nil Nonn, el juez que presidió la vista.
Vestido con una camisa de color azul claro y una Biblia sobre la mesa tras la que se sentó, Duch cambiaba continuamente la dirección de su mirada y se llevaba a la boca un vaso de agua.
El tribunal encargado de investigar y juzgar las atrocidades del Jemer Rojo se pronunció tres años después de que se iniciara el caso y cuando ya han transcurrido más de tres décadas desde que el brutal régimen fuese derribado por las tropas vietnamitas que invadieron Camboya.
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