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(Actualizado

Al menos siete personas, entre ellas dos periodistas de la televisión estadounidense CNN, resultaron heridas en los enfrentamientos que se registraron hoy en Sao Paulo entre la Policía y manifestantes que se oponen a la celebración del Mundial de fútbol que hoy comienza en Brasil.

Los manifestantes salieron a la calle temprano en la mayor ciudad brasileña, unas seis horas antes del partido entre Brasil y Croacia con el que arrancará el Mundial 2014, pero fueron reprimidos por la Policía cuando intentaron bloquear una importante vía.

Fue la primera de las diversas protestas que se esperan para hoy en varias ciudades del país por parte de los grupos que critican el fuerte gasto del Gobierno en la competición que hoy se inicia en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo.

En un primer enfrentamiento, cerca de 150 hombres de la Unidad de Choque de la Policía Militarizada del estado de Sao Paulo dispersaron con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras a un grupo de 200 manifestantes que intentaba bloquear la avenida Radial Este, la principal vía de acceso al Arena Corinthians.

La policía detuvo a uno de los participantes en la protesta que intentó frenar la marcha de los policías que, en fila, avanzaban con escudos hacia los manifestantes, que se concentraron inicialmente frente a la estación Carrao del metro, en la zona este de Sao Paulo, donde fueron convocados por las redes sociales.

En este primer incidente quedaron heridas dos periodistas de la CNN, una de ellas la productora en Sao Paulo, Barbara Arvanitidis, de nacionalidad canadiense, con lesiones en un brazo aunque sin gravedad, mientras cubría la protesta por la esquirla de una bomba aturdidora lanzada por los agentes.

La otra fue la corresponsal de la CNN en la ciudad brasileña, Shasta Darlington, que también resultó herida leve con algunos rasguños como consecuencia de una caída durante la confusión.

Algunos de las personas que se dispersaron en el primer lugar se dirigieron a la estación de Tatuape del metro, a pocas calles de distancia, donde un grupo de empleados del metro de Sao Paulo estaba concentrado en una manifestación contra el despido de 42 trabajadores de la compañía.

LOS TRABAJADORES DEL METRO CONVOCAN PROTESTAS

Los empleados del metro, que llegaron a amenazar con una paralización en el día inaugural del Mundial y finalmente desistieron, han convocado diferentes protestas para exigir que la compañía readmita a los despedidos.

La manifestación de los empleados del metro fue reforzada por numerosos jóvenes, algunos encapuchados y vestidos de negro, que forman parte del llamado Black Bloc, un grupo que usa la violencia en las manifestaciones.

Desde el nuevo punto de concentración, un nuevo grupo de manifestantes intentó avanzar hacia la Radial Este, por lo que la Policía volvió a reprimir a los participantes en la protesta con gases lacrimógenos, balas de goma y bombas aturdidoras.

En los enfrentamientos había un pequeño grupo radical, que encendió hogueras con basura y protagonizó actos de vandalismo, mientras los trabajadores del metro y el resto de manifestantes desistían de la protesta.

Los manifestantes fueron finalmente dispersados por completo hacia el mediodía, cuando numerosos aficionados ya comenzaban a desplazarse en metro o a pie hacia el Arena Corinthians.

La Policía, sin embargo, está atenta a otras manifestaciones previstas en otros lugares de Sao Paulo y en varias ciudades del país en coincidencia con la ceremonia inaugural del Mundial.

Las autoridades han admitido su preocupación con las manifestaciones contra el Mundial, pero esperan que sean de menor magnitud que las registradas el año pasado, cuando millones de brasileños salieron a las calles para exigir mejores servicios públicos en coincidencia con la Copa Confederaciones de la FIFA.

El Gobierno ha dicho que tolerará las manifestaciones que no sean violentas y que no amenacen la locomoción hacia los estadios en que se disputará el Mundial.