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La Policía Nacional ha desmantelado la estructura de financiación de la banda juvenil de los Trinitarios con la que defraudaron más de 700.000 euros y ha detenido a 40 personas acusadas de los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa bancaria, falsificación documental, usurpación de identidad y blanqueo de capitales.

Según ha informado este martes la Policía, se han realizado 13 registros domiciliarios en las provincias de Madrid, Sevilla y Guadalajara, en los que se ha intervenido numeroso material informático, instrumentos para la apertura de puertas, ganzúas, candados, dinero en efectivo y literatura relacionada con el grupo.

Con los beneficios obtenidos la organización criminal pagaba las minutas de los abogados de los miembros en prisión, satisfacía las cuotas de pertenencia a la banda, compraba droga para revenderla y adquiría armas para sus enfrentamientos con miembros de bandas rivales.

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En esta operación, denominada 'Mate-verdeón', los agentes han detenido a 40 personas, entre las cuales figuraban dos hackers y 15 miembros del grupo violento, acusadas de los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa bancaria, falsificación documental, usurpación de identidad y blanqueo de capitales.

La investigación, llevada a cabo por agentes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia y de la Brigada Provincial de Información de Madrid, se inició cuando los agentes averiguaron que algunos miembros de la banda utilizaban tarjetas bancarias de terceros para adquirir criptoactivos (monedas virtuales). Además, alguno de sus líderes operaban con herramientas informáticas para implementar técnicas de ‘phishing’ (sms ilegales con suplantación de identidad) sobre una entidad financiera centrada en créditos al consumo.

SMS FRAUDULENTOS

Para llevar a cabo los ataques, el grupo criminal adquirió a unos ciberdelincuentes un software específico, conocido en el argot como ‘paneles’, en el que monitorizaban en tiempo real los datos bancarios privados que la víctima, tras clicar en el enlace malicioso previamente recibido vía SMS, introducía en la página fraudulenta que simulaba a la entidad financiera de la que eran clientes. Estos SMS eran enviados de forma masiva a listados de clientes de esa financiera, mensajes en el que les alertaban de un supuesto problema de seguridad en su cuenta que podrían solucionar a través del enlace fraudulento que le enviaban.

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De este modo los detenidos lograban que las víctimas introdujeran sus credenciales de acceso en la página a la que eran dirigidos, de similar apariencia a la web real de su entidad. En ese mismo momento, los cibercriminales monitorizaban las credenciales de acceso desde el referido panel. Llegados a este punto, se introducían al portal online de la financiera con las credenciales de las víctimas y solicitaban préstamos de concesión inmediata, así como vinculaban las tarjetas de los afectados al monedero virtual del que disponen sus teléfonos.

Los investigadores han destacado la apariencia de legalidad de la estafa, ya que la ingeniería social les permitía dirigirse personalmente a clientes que eran clientes de la entidad financiera. Hasta el momento se ha acreditado que existen 98 víctimas de este fraude que usaban los Trinitarios para financiarse gracias a un software que la Policía sabe que usan otras organizaciones criminales, como la mafia italiana asentada en Tenerife.

De hecho, se ha detectado que estaban ya dando los "primeros pasos" para que crear su propio software, más perfeccionado, y venderlo a otras organizaciones. "Es una actividad muy lucrativa y fácil de realizar, cada vez está más alcance de todos porque se instala en un ordenador como un programa más", ha añadido el responsable de la Unidad de Ciberdelincuencia.

COMPRA DE CRIPTOMONEDAS

Una vez tenían las tarjetas de terceros vinculadas, acudían a diversos centros donde compraban cupones de criptodivisas que eran canjeados en la Wallet de uno de los miembros que controlaba esa cartera virtual como “caja común” de la organización. Así hacían frente a los gastos habituales del grupo (compra de sustancia estupefaciente, financiación de reuniones y fiestas de la banda, compra de armas y pago de abogados o envío de dinero a miembros en prisión para sufragar sus gastos). Igualmente contaban con una extensa red de mulas que utilizaban para recibir dinero de las transferencias bancarias y sacarlo a través de cajeros automáticos.

Otro de los sistemas que empleaban para monetizar el contenido de las tarjetas bajo su control era la contratación de Terminales de Punto de Venta (TPV) a nombre de empresas ficticias de comercios online de productos de cosmética, realizando ellos mismos falsas compras.

Asimismo, el retorno económico restante era enviado a cuentas bancarias en el extranjero y también era utilizado en la compra de inmuebles en República Dominicana, estando actualmente localizados todos los bienes a través de los mecanismos internacionales de cooperación policial para la localización y recuperación de activos y bienes procedentes del delito.

DETENCIONES Y REGISTROS

En la fase de explotación de la investigación, la Policía Nacional ha realizado 13 registros domiciliarios en las provincias de Madrid, Sevilla y Guadalajara, incautándose numeroso material informático, 5.000 euros en metálico, listados de más de 300.000 clientes a los que estafaban, 53 tarjetas bancarias a nombre de las víctimas, instrumentos para la apertura de puertas, ganzúas, candados y diversa literatura relacionada con la estructura de la banda de los Trinitarios.

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En Sevilla y Guadalajara se detuvo a personas que daban soporte técnico, mientras que en Madrid eran detenidos quince jóvenes pandilleros que guardaban relación con el 'coro' de Orcasitas. Entre ellos figura el 'suprema', uno de los encargados de manejar el software, y también un 'guerrero' que controlaba las reuniones con menores integrantes de la banda, así como varias mujeres parejas de estos miembros con mayor jerarquía

SEGUNDO GOLPE CONTRA LAS BANDAS EN UN AÑO

La detención de los Trinitarios, entre ellos los principales cabecillas del 'coro' de Orcasitas en Madrid, es el segundo golpe de la Policía Nacional en un año contra las estructuras de financiación de las bandas juveniles violentas mediante estafas bancarias, después de la que se llevó a cabo contra los Dominican Don't Play.

En julio de 2022, otra operación similar detectó una red de hackers conectada a otra banda violenta, los Dominican Don't Play (DDP), que captó medio millón de euros para adquirir armas, estupefacientes o hacer llegar dinero a sus miembros en prisión. Entonces hubo 66 detenidos, de ellos 19 integrantes de varios 'coros' de la banda en Madrid, tras realizarse 19 entradas y registros en la capital, Getafe, Pozuelo y Soria.