Crónica de 359 kilómetros de AVE entre Madrid y Alicante a 43 grados
Diversos viajeros del tren AVE Madrid-Alicante del día 12 de junio tuvieron que sufrir las altas temperaturas para poder llegar a su destino
Son las 21.00 de la noche y un centenar de personas se disponen a coger, como cada fin de semana, un AVE en dirección a Alicante. El calor, reflejado en las miradas de cada uno de los viajeros en una jornada de alerta naranja en Madrid, se hace patente al entrar a la estación de Atocha, en la que la falta de climatización provoca sudores entre los presentes.
En la puerta de embarque, una inmensa cola de gente esperando para coger el AVE de las 21.15 horas en dirección a Alicante. Cuando llega el turno de validar el billete, algunos viajeros se topan con la sorpresa de que, apenas a 10 minutos de la salida del tren, les informan de que, y debido a un fallo, debían hacer todo el trayecto sin climatización en el vagón 6 del tren.
Ante tal información la única solución que ofrecen es anular el billete a 10 minutos de su salida o subirse al tren y aguantar todo el trayecto sin el aire. Al ser el último tren del día deciden subirse pensando, inocentemente, que no sería para tanto ya que debían llegar a Alicante ese día y no había opción de anularlo.
Al subirse al tren se encuentran con un vagón medio lleno y un calor aguantable. El tren marcha rumbo a Alicante y las primeras gotas de sudor comienzan a caer por la frente de los viajeros. El calor comienza a aumentar durante el trayecto y a resultar insoportable a cada minuto que pasaba llegando a marcar el termómetro los 43 grados.
Es en ese momento cuando los viajeros deciden manifestarse por las redes sociales en busca de una respuesta, y así hicieron. Quien firma estas líneas envío un tuit a Renfe al que le contestaron al momento. Su solución: poner una reclamación vía online y hablar con el instructor del vagón.
Tras poner la reclamación los viajeros estuvieron desesperadamente buscando al instructor del vagón. Ya había pasado una hora desde que los viajeros estában rumbo a Alicante con unas temperaturas infernales.
Cuando lograron encontrarle decidieron manifestar su desacuerdo con las condiciones del viaje y con la desatención que recibieron; el instructor, un poco cortante, se molestó por lo que le dijeron, ya que también le comentaron que ya que estaban a altas temperaturas les parecía razonable que, como mínimo, les hubieran ofrecido un vaso de agua fría para aliviar el calor.
Tras la queja general de los viajeros decidieron traer agua fría después de más de hora y media de viaje en la que el calor comenzaba a hacer mella en su estado de ánimo. Además, les ofrecieron un refrigerio gratis si se acercaban a la zona del bar.
La preocupación fue que si no hubieran parado al interventor habrían estado las 2 horas y 37 minutos de viaje sin ninguna solución más que intentar animarse entre ellos para poder continuar el viaje con normalidad.
Finalmente, tras 2 horas y 15 minutos, el interventor decidió cambiarles de sitio a otros vagones que si tenían climatización, pero el calor ya había invadido sus cuerpos y la solución había llegado demasiado tarde.
De esta forma lograron llegar a Alicante después de un viaje que no se les olvidará jamás, y en el que a pesar de las altas temperaturas lograron conocer a gente que a pesar de las adversidades no dejaron de sonreír, de reírse y de hacer del caluroso viaje un trayecto ameno y divertido.
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