El AVE se consolida como un plus para los negocios pero es caro para el ocio
Disponer de una comunicación fluida, fácil y cómoda es desde el punto de vista empresarial un valor añadido en los negocios
El AVE entre Madrid y Valencia se ha consolidado en su primer año de funcionamiento como un plus para hacer negocios entre ambas regiones y como un "avance importantísimo" para las relaciones comerciales, pero se mantiene como un transporte "caro" para los viajes de ocio.
Disponer de una comunicación fluida, fácil y cómoda es desde el punto de vista empresarial un valor añadido en los negocios ya que, como ha asegurado a Efe el presidente de la patronal Cierval, José Vicente González, "cuando antes decías 'ya iré', ahora vas".
El AVE ha generado más negocio "sin duda". Los empresarios o los directivos viajan más porque tienen "más cosas que hacer o expectativas de hacer", según explica González.
La facilidad de poder viajar por la mañana a Madrid para asistir a una reunión y estar de vuelta a la hora de comer supone un "avance importantísimo" para el mundo empresarial, sin contar con la comodidad que ofrece el tren de alta velocidad.
Pero para el dirigente empresarial hay una asignatura pendiente de mejora: el turismo y el ocio, a los que se deberían aplicar "horarios y tarifas flexibles y precios más económicos".
El AVE continúa siendo un medio de transporte "caro" para una familia de cuatro personas, y hace falta introducir una mayor flexibilidad y ofertas atractivas para solucionar esta cuestión, algo en lo que Renfe está trabajando.
"El que va por negocios debe estar a una hora concreta cueste lo que cueste, pero quien va de vacaciones puede elegir el horario", ha señalado.
El billete habitual del AVE cuesta 79,80 euros en clase turista y 143,70 en preferente, aunque para celebrar el primer aniversario Renfe ha establecido descuentos en estas tarifas para hoy, sábado.
La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV) ha querido sumarse al "mensaje de los precios", ya que, según ha considerado su portavoz, Vicente Pizcueta, hay que mantener apuestas como los descuentos que Renfe proporciona este sábado, con una mayor flexibilidad en las tarifas.
"Es inviable que una familia con dos hijos pague 480 euros", ha explicado Pizcueta, quien ha destacado que el AVE se ha consolidado como una herramienta para "el turismo de negocios" aunque, en el turismo vacacional, los precios no ayudan en un momento en que la gente está ajustando mucho su gasto.
Por su parte, la Unión Hotelera de la Provincia de Valencia (UHPV) ha registrado un aumento de entre el 5 y 10 % en el número de madrileños que pernoctan en la ciudad.
"Es una consecuencia directa del AVE. Hemos compensado perfectamente lo que hemos podido perder con el turismo de negocios -ya que, al acortarse la duración del trayecto, muchos deciden no hacer noche en Valencia-, con los que vienen de más", ha explicado el gerente de UHPV, Luis Martí.
El tren de alta velocidad Madrid-Valencia, inaugurado hace un año, ha provocado una transferencia de viajeros desde el avión y el coche, la mayor parte de ellos por ser el AVE un modo de transporte "muy competitivo en esta distancia", en opinión del consejero delegado de Air Nostrum, Carlos Bertomeu.
Un porcentaje "altísimo" de pasajeros directos del itinerario Valencia-Madrid se han pasado al AVE, ha reconocido Bertomeu, quien indica que la mayor incidencia para la aerolínea se ha reflejado en el ingreso medio por pasajero.
Air Nostrum registra porcentajes de ocupación más altos que antes de la entrada en funcionamiento del AVE, pero los viajeros que transporta son ahora de "conexiones aéreo-aéreo", personas que utilizan este desplazamiento en avión hasta el aeropuerto de Barajas para luego conectar con otros destinos.
En un año, la línea Madrid-Valencia ha transportado 2,08 millones de pasajeros, lo que supone llevar cada día a cerca de 10.000 personas y el 83 % de la cuota de mercado frente al avión, según Renfe.
Las estimaciones de impacto en el transporte que maneja Renfe indican que la alta velocidad entre Madrid y Valencia sustituye el 55 % de los trayectos que hacía el avión entre ambas ciudades, así como el 25 % de los desplazamientos en coches y el 5 % en autobús.
El perfil del cliente es el de un hombre, con una edad media de 44 años, con estudios universitarios y que se desplaza por motivos de trabajo.
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