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Un juzgado madrileño ha archivado el caso abierto tras el accidente ocurrido en las cocheras de Metrosur de Loranca en agosto de 2012, al determinar que se trató de una negligencia del trabajador de la compañía que murió en el mismo, quien dejó conducir a la niñera de su hijo, una joven suiza de 16 años.

El auto del Juzgado de Instrucción número 5 de Móstoles, difundido hoy por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), está fechado el pasado 15 de julio y decreta el sobreseimiento provisional de las actuaciones "al no existir indicios de la comisión de ilícito penal atribuible a persona determinada". Sostiene que el siniestro pudo deberse a una actuación negligente del trabajador de Metrosur José Manuel Pérez, quien falleció en el accidente junto a la joven suiza de 16 años que cuidaba a su hijo, quien era la que conducía en el momento de la colisión.

En el convoy también iban la mujer del trabajador fallecido, de 37 años, y el hijo de ambos, de 4, quienes resultaron heridos en la colisión, ocurrida el 7 de agosto de 2012, cuando el tren circulaba por una vía no comercial y chocó contra un talud. El Cuerpo Nacional de Policía y Metro de Madrid han abierto sendas investigaciones para esclarecer las causas del accidente y finalmente el Juzgado de Instrucción 5 de Móstoles ha archivado el caso.

El auto relata que el trabajador de Metro de Madrid estaba autorizado para acceder a la vía en pruebas donde ocurrió el siniestro, para usarla y para conducir ese tren, ya que era gerente de Área de Mantenimiento de Trayecto Corto y tenía la formación adecuada.

Según el relato de otros empleados, el trabajador solicitó conducir un convoy y los responsables de dar acceso a las cocheras se lo concedieron sin saber que también accederían con él su mujer, el hijo de ambos y la niñera del pequeño. De hecho, hubo confusión tras el accidente porque los operarios no sabían cuántas personas había en el convoy.

Las cámaras de seguridad reflejan que los cuatro entraron y salieron en varias ocasiones de las cabinas delantera y trasera del tren, lo que según la juez "supone una infracción y una actuación negligente por parte del operario de Metro". La mujer del fallecido declaró que su marido dejó conducir a la niñera, aunque bajo su supervisión, y era la joven la que conducía cuando el tren colisionó.

Esta mujer declaró que justo antes del choque "ya estaban frenando el tren" y que "no se alarmaron en ningún momento y su marido no les dio ninguna alerta, no esperándose la colisión final". La magistrada concluye que no constan "indicios de criminalidad que permitan continuar con la tramitación de esta causa penal" , ni que concurra ninguna actuación imprudente por cualquier otro trabajador de Metro de Madrid.