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El área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad, dirigida por Inés Sabanés, ha iniciado un plan de regeneración del arbolado en la ribera del Manzanares, en el tramo comprendido entre el puente de los Franceses y el inicio de Madrid Río, debido al elevado riesgo de daños para personas y bienes por caída de ramas o árboles. De los 2.604 árboles que hay en la zona, de los cuales el 75 por ciento está envejecido o afecta a las fachadas de los edificios, según los técnicos municipales, se van a talar 502, que serán sustituidos por nuevas plantaciones.

La zona beneficiada comprende el barrio y la Colonia de Manzanares, un entorno ribereño de gran valor ecológico y ambiental que pertenece al distrito de Moncloa-Aravaca y está formado por viviendas unifamiliares y edificios en altura separados por amplios espacios ajardinados.

De los árboles plantados, las especies más comunes son las sóforas (25 por ciento), arces (13 por ciento) y tuya, de la familia de los cipreses (12 por ciento), según el censo municipal.

El plan, que se ha puesto en marcha esta semana, parte de un estudio previo de los técnicos municipales sobre la situación actual de las zonas ajardinadas.

Se han analizado todos los árboles existentes, llegando a la conclusión de que el 75 por ciento de los ejemplares son maduros o viejos. Por eso, el Consistorio, gobernado por Ahora Madrid, considera necesario renovar la arboleda y adaptarla al entorno fomentando la diversidad de especies.

Hay 1.094 árboles con algún tipo de riesgo (el 42 por ciento de los ejemplares), de los que se ha decidido la tala urgente de 502, irrecuperables, y una poda de rebaje y mantenimiento para el resto, de los que ya se han hecho actuaciones en 476.

Estas actuaciones ya han sido presentadas a la Junta Municipal de Moncloa-Aravaca y a la Asociación de Vecinos Manzanares-Casa de Campo para que los ciudadanos afectados tuvieran información de primera mano.

Los principales problemas detectados han sido la falta de espacio para el desarrollo de las copas por la proximidad de fachadas y ventanas, inclinaciones acusadas y estructuras inestables con riego de caídas, pudriciones y oquedades en troncos y copas -producidos por la elevada proliferación de hongos-, falta de regeneración de los árboles por envejecimiento, pavimentos levantados por crecimiento de raíces y antiguas prácticas "inadecuadas" de poda.

Una vez retirados los árboles se procederá a la extracción de las raíces y al cambio de sustrato para dejar preparado el terreno para la plantación, que se realizará en la campaña que comienza en noviembre.

Se van a reponer todos los alcorques excepto aquellos en los que se estime inviable esta actuación, debido a la proximidad de fachadas, estrechez de aceras o excesiva densidad.

En una primera fase, se van a plantar 237 ejemplares, pertenecientes a 15 especies diferentes como arces, fresnos, árbol del ámbar, paulownia o kiri, ciruelos, perales de flor, plátanos de sombra y shofora japónica o acacia del Japón, entre otros.

En una segunda, se contempla la plantación de más árboles y la regeneración de zonas verdes, que incluirá mejoras de la red de caminos, reposiciones sostenibles o instalación de riego automático.