El Ayuntamiento de Madrid aspira a poner en marcha en 2018 la nueva área de prioridad residencial (APR) que conllevará restricciones de tráfico en buena parte del distrito Centro, para lo que ya está dialogando con empresarios, vecinos y el resto de agentes implicados.
La portavoz municipal, Rita Maestre, ha confirmado en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno esta medida que busca reducir el tráfico rodado en el centro de Madrid permitiendo únicamente el acceso a los vecinos y que aún se está diseñando, pues "está en discusión" el modelo y la zona concreta que abarcará.
Las áreas de Desarrollo Urbano Sostenible y Medio Ambiente y Movilidad están trabajando de forma conjunta en el diseño de una gran área de prioridad residencial (APR) que afecte al centro de Madrid, con "límites fácilmente reconocibles", y de la que quede exenta la Gran Vía, aunque también se baraja la posibilidad de crear dos áreas divididas por esta arteria.
Las areas de Urbanismo y Movilidad trabajan en la limitación de un área central en la ciudad que tendría como límites los bulevares que rodean el núcleo de Madrid.
El objetivo de esta propuesta es mejorar el espacio público y eliminar tráfico, de manera que las zonas queden restringidas a los residentes.
El desarrollo de los cambios necesarios tendrá un calendario específico y se irán implementando de forma gradual y ordenada.
El delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, ha confirmado que estudian el proyecto. "Nos parece que es el proyecto de futuro", ha indicado el concejal preguntado por este modelo de movilidad que han heredado, el de limitar el acceso al centro a los residentes, pero en el que creen que hay que "dar un paso más", apostar por una gran APR --o Zona de Bajas Emisiones, denominación que prefiere--, para el corazón de la ciudad.