El Ayuntamiento sigue con los trámites del Edificio España hasta nueva orden
Manuela Carmena dice que la inversión del grupo chino es una interrogación
El Ayuntamiento de Madrid sigue con la tramitación del expediente para la reforma del Edificio España, en el centro de la capital, ya que de momento no se ha producido "nueva orden" del propietario -el grupo chino Wanda- de que renuncie al proyecto debido a los desacuerdos con el Ayuntamiento.
El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, ha hecho esta afirmación durante su comparecencia en la comisión municipal del ramo en referencia a la publicación la semana pasada en varios medios de la noticia de que el grupo chino iba a desistir de reformar el edificio sin que Wanda la confirmase.
"En principio, hasta nueva orden del propietario que de momento no se ha producido, nuestra labor consiste en tramitar el estudio de detalle", ha dicho el concejal en la comisión para después concretar a los periodistas que la reunión con los dirigentes de la empresa aún no se ha producido pero será esta misma semana.
"Es nuestra obligación tramitar el estudio de detalle, el documento que hace viable la intervención del grupo Wanda", ha comentado el concejal, que de igual modo cree que la "labor" del grupo es la de hablar con el Ayuntamiento "en caso de querer algún cambio".
"A nosotros no nos consta que se haya retirado el proyecto", ha insistido el responsable de Urbanismo del equipo de Gobierno de Ahora Madrid, que la semana pasada trató de localizar, sin éxito, a los responsables de la empresa.
Wang Jianlin, el hombre más rico de China, podría vender según estas informaciones el inmueble, debido a desacuerdos entre la empresa y el consistorio madrileño con respecto a la reforma del céntrico edificio de la capital española, donde el Ayuntamiento pide conservar las fachadas por su valor cultural.
La pasada semana se conoció el cierre de Wanda Development Madrid, la filial de la compañía que abrió en España con el objetivo de remodelar el rascacielos, que va a suponer el inmediato despido de una veintena de empleados.
Wanda compró el edificio en el verano de 2014 -con el objetivo de poner en marcha un hotel, un centro comercial y viviendas- a sabiendas de que el inmueble estaba entonces protegido con un nivel 3 parcial por su valor histórico-artístico, lo que impedía tirarlo abajo, según la versión del Ayuntamiento.
Poco después, la Comisión local de patrimonio histórico -en la que participan la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid- accedió a rebajar su blindaje para favorecer la puesta en valor de un edificio muy degradado debido a su inactividad -está desocupado desde hace años-, pero obligando a respetar la fachada.
En julio de 2015, el grupo Wanda pidió al Ayuntamiento, entonces ya gobernado por Ahora Madrid, tirar la fachada alegando motivos de seguridad, una propuesta que rechazó el Consistorio esgrimiendo varios informes que sostenían que se podía reformar el edificio sin llegar a ese extremo.
Finalmente, la multinacional china manifestó al Gobierno encabezado por Manuela Carmena su intención de comenzar la obra en breve sin tirar fachada a mediados de octubre de 2015, momento desde el que no había noticias sobre el proyecto hasta la pasada semana.
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