Bankia ha paralizado el desahucio de un matrimonio de ancianos residentes en Pinto, sordomudos y analfabetos, previsto para el próximo mes de enero, tras avalar el préstamo hipotecario de uno de sus hijos sin tener conocimiento de lo que firmaban. Fuentes de la entidad bancaria han informado de que hoy se le ha comunicado "a la familia" de María del Carmen Lebrón, de 81 años, y Antonio Pleguezuelos, de 76, la decisión de parar el desahucio de la vivienda en la que residen desde hace 50 años en el número 5 de la calle de Velázquez, en Pinto. Al matrimonio, que tiene reconocida una discapacidad del 70 por ciento porque no oyen, se le ha ofrecido la posibilidad de acogerse a un alquiler social que se concretará cuando Bankia reciba la documentación básica que solicita para este tipo de acciones, han precisado las mismas fuentes.
Uno de los hijos de la pareja, Benjamín Pleguezuelos, ha confirmado la nueva situación, después de que Bankia se haya puesto en contacto con él a través de dos correos electrónicos en los que se indica que el lanzamiento ha sido paralizado "dada la especial vulnerabilidad observada en este supuesto".
Además, el texto de uno de los correos indica que la deuda restante del matrimonio con la entidad financiera será "totalmente cancelada" una vez que queda formalizado el alquiler especial, para cuya tramitación se han reclamado una serie de datos personales a la familia.
Benjamín Pleguezuelos ha indicado, sin embargo, que la abogada que ha asesorado a la familia en este caso les ha recomendado "ser prudentes" y que no den aún "por terminada" la amenaza del desahucio.
El hijo del matrimonio sí ha reconocido que, al conocer la noticia, sus padres se han mostrado "contentísimos" y que "se han echado a llorar".
Ahora, según Pleguezuelos, la familia debe sentarse con la entidad bancaria para estudiar los detalles del alquiler social que les va a proponer, que aún desconocen, y estudiar las opciones "dentro de las posibilidades" que pueden afrontar sus padres, si bien se ha mostrado satisfecho.
El hijo del matrimonio ha agradecido a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y al Ayuntamiento de Pinto, así como a la sociedad civil el apoyo que les ha transmitido en los últimos días, después de que se hayan recibido más de 207.000 firmas en la plataforma change.org contrarias al desahucio de Antonio y María del Carmen. Por último, Pleguezuelos ha hecho un llamamiento a aquellos que estén en situaciones similares a las de sus padres y les ha pedido que "no se callen, que no tengan miedo y que luchen" por su derecho a una vivienda.
UNA CARTA DE APERCIBIMIENTO DE UN AVAL A UNO DE LOS HIJOS
María del Carmen Lebrón, de 81 años, y Antonio Pleguezuelo, de 76 habían recibido una orden de desahucio que les instaba a abandonar el inmueble en el que residen desde hace 50 años en el número 5 de la calle Velázquez de Pinto antes del 30 de enero de 2017, cuando se produciría el lanzamiento de la vivienda.
Benjamín Pleguezuelo Lebrón, de 43 años, hijo mediano de la familia, de tres hermanos, fue quien descubrió que uno de sus hermanos, Goyo (37 años), había hecho que sus padres firmasen en 2005 un aval para adquirir una vivienda cuya hipoteca dejó de pagar al quedarse sin empleo, una deuda de cerca de 102.000 euros que Bankia busca saldar con la vivienda de 50 metros que el matrimonio adquirió en 1969.
Benjamín descubrió en una carta el apercibimiento por el préstamo del banco; como sus padres no saben leer, detalla Benjamín, cuando reconocen un logotipo de una entidad bancaria o de Hacienda avisan a una vecina, que llama a los hijos del matrimonio. "No les dijo que estaban firmando un aval y las consecuencias que podría traer", recalca Benjamín, que tras leer la carta llamó a su hermano para saber qué había ocurrido y averiguó que no sólo una vez, sino dos, -la segunda vez en 2010 para una ampliación del préstamo- sus padres habían firmado en presencia de sendos notarios textos que desconocían.
Uno de los notarios, después de que un intérprete abandonase la sala al no saber María del Carmen y Antonio lenguaje de signos, escribió a mano "leo en voz alta", detalle destacado tanto Benjamín como la letrada del caso, Carmen Ten Martín.
En el caso "se ha juntado todo" según la abogada, que señala que la entidad financiera -Bankia- "sabía que eran sordomudos y analfabetos y admitieron las firmas sin testigos y sin nada" y califica de "impresionante" la actuación de los notarios. La letrada estudia ahora interponer una denuncia penal contra estos notarios.
"Lamentablemente fueron engañados: mis padres pensaban que estaban firmando un seguro, cuando en realidad se estaban convirtiendo en deudores no hipotecantes y avalando el préstamo con su propia vivienda", expone.
"Me da lo mismo quien tenga la culpa, quien no la tenga... Yo sé que mis padres se quedan en la calle y es lo que me preocupa hoy en día" explica Benjamín, que señala que su hermano hizo mal no explicándole a sus padres lo que firmaban y que ahora "tiene que apechugar", aunque añade que Goyo hizo lo mismo que muchos jóvenes: acudir a sus padres para que le avalasen.