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"Angustiada, me daba miedo salir de casa". Es el angustioso testimonio de Miriam. Vivió durante meses un calvario que aún recuerda con pavor. Ha sido víctima del "blocking", O lo que es lo mismo, acoso vecinal.

En algunas comunidades. El acoso vecinal se ha convertido en el pan de cada día. Convierte la vida del vecino acosado en un infierno.

Los administradores de fincas han dado la voz de alarma por la cantidad de casos de blocking que se están conociendo.

Nosotros hemos estado con una víctima que lo sufrió durante meses.

Lo que parecía un aviso esporádico se convirtió en un permanente hostigamiento injustificado.

"Le compré un collar, pregunté, nadie escuchaba nada" asegura una vecina.

La presión fue tal, que temía incluso salir de casa: "temía encontrarmelo y que me clavara un cuchillo".

Lo más importante es comunicarlo. La condena por acoso puede llegar a alcanzar los dos años de cárcel.