La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que ayer realizó una visita de trabajo sin medios de comunicación al poblado chabolista de El Gallinero, junto a la Cañada Real, ha dicho hoy que el objetivo del Ayuntamiento es desmantelar este asentamiento y que para ello está preparando un plan de actuación. En rueda de prensa tras la Junta, la alcaldesa ha manifestado que el propósito de Ayuntamiento es "dar una salida" a las familias de origen rumano que viven en ese poblado, en unas condiciones "deplorables", "las peores condiciones de vida que existente en la ciudad, con las que Madrid no se debe conformar.
En el poblado chabolista de El Gallinero viven actualmente 89 familias compuestas por 428 personas, de los que 234 son menores de 15 años. Estos datos, correspondientes a enero y aportados el pasado 21 de marzo en la Comisión de Familia y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid por el coordinador general del Área, Carlos Martínez Serrano, son aproximadamente un 20 % inferiores a las que manejaban ocho meses antes los voluntarios que trabajan en el poblado: 112 familias con alrededor de 500 personas, de ellas unos 300 niños.
Según Botella, la "preocupación" de estas personas "es por sobrevivir mañana", aunque ellas mismas dicen que de todas formas aquí viven mejor que en su país de origen. "Aún viviendo en esas condiciones que hay que calificar de deplorables -ha dicho- tienen sanidad, allí les van a ver y tienen sus hospitales de zona, y tienen escolarización para sus hijos" -un 70 % de los menores está escolarizado, ha destacado-.
Además, Botella considera que "ha mejorado su situación" desde que el Ayuntamiento decidió, "no por obligación sino porque creemos en la dignidad del ser humano", ha asegurado, limpiar toda la zona. Ayer, Ana Botella visitó el Gallinero y habló con algunos de sus habitantes, antes de reunirse con responsables de las entidades públicas y las ong que trabajan allí.
Con ellas se estableció una "hoja de ruta" para atajar esta situación, y una periodicidad en futuras reuniones, aunque la alcaldesa ha resaltado que el poblado no se va a levantar "en cuatro días" sino que será un proceso "largo".En ese proceso se van a "marcar" unas familias con las que trabajar de manera "especial" para intentar que participen en el programa de integración de la población gitana rumana.
Por otra parte, preguntada por las quejas de comerciantes del centro de la ciudad por la presencia de mendigos en las calles, Botella ha contestado que estas personas "son seres humanos con una dignidad"."Son las personas que tienen unas peores condiciones de vida y no vamos a entrar en por qué están en las calles. Lo que hay que hacer es una serie de actuaciones para que dejen las calles para pasar a una situación mejor", ha señalado.
En ese sentido ha añadido: "vamos a seguir trabajando en la medida de nuestras posibilidades para que mejoren su vida y dejen las calles de la ciudad, si conseguimos que vayan a un centro del Ayuntamiento o a integrarse en la ciudad".