La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, se ha comprometido "a que en el futuro no se ofenda con dinero publico a las creencias de nadie", pero no va a retirar del Teatro Español la polémica foto del actor Asier Etxeandía con un crucifijo en el pubis, porque ya está expuesta y no quiere "censurar" a nadie.
Preguntada en rueda de prensa tras la reunión semanal de su Gobierno por las críticas que ha recibido el Ayuntamiento de sectores católicos por mantener esa foto,la alcaldesa ha mandado dos mensajes complementarios: "Yo me comprometo a que en el futuro esto no vuelva a ocurrir" pero "esta exposición ya estaba contratada y yo no vengo a censurar a nadie".
Botella se ha definido como "alcaldesa de todos los madrileños" y ha afirmado que a ella le "gustaría" que, "en el futuro, con dinero publico, no se ofendiera a las creencias de nadie". "Los que tenemos creencias sabemos lo importante que son las creencias para el de enfrente, aunque sean distintas", ha reflexionado Botella, que ha opinado que "cada uno, en los espacios privados con su dinero privado, puede exponer lo que crea conveniente" pero también que "con dinero público no se debe ofender a las creencias de nadie".
El delegado madrileño de Las Artes, Fernando Villalonga, ya había anunciado que el Ayuntamiento mantendrá la foto en la exposición "Camerinos", de Sergio Parra, a diferencia de lo que ocurrió el verano pasado en el Festival de Mérida, desde un "absoluto respeto a la libertad de expresión y creación". Villalonga dijo que el Ayuntamiento respeta profundamente la libertad de expresión y mantendrá abierta la muestra en las misma condiciones que se pactaron, aunque con un aviso en la entrada que advierte al público de que hay material que puede herir su sensibilidad.
Varias asociaciones, como HazteOir.org o Maslibres.org, apoyadas por miles de firmas, han solicitado en los últimos días a la alcaldesa de Madrid la retirada de la foto porque consideran que "atenta contra los sentimientos religiosos".
La foto de Etxeandía está tomada minutos antes de salir a escena en una representación de "Infierno", una versión del esloveno Tomaz Pandur, sobre "La divina comedia" de Dante, y en ella aparece con un Cristo tapando su pubis. El Teatro Español retrasó cinco meses la inauguración de la exposición para que no fuese utilizada "con fines ajenos a los meramente artísticos", aunque finalmente la muestra se inauguró el 12 de enero con la polémica imagen incluida.