Ioan Clamparu, alias "Cabeza de cerdo", acusado de prostituir a jóvenes rumanas en la Casa de Campo (Madrid) y de obligar a abortar a una menor de edad, ha dicho hoy en la Audiencia Provincial madrileña que nunca ha obligado a abortar a nadie y que se ha utilizado su nombre para "cosas feas".
"Declaro ante el tribunal, con humildad y ante Dios que no he forzado, no he pegado, no he obligado a abortar" a ninguna persona, ha afirmado Clamparu, quien ha pedido que aquellos que hayan hecho esas cosas se presenten ante la Justicia como hizo él al entregarse a la Policía el pasado mes de septiembre. "Cabeza de cerdo" ha comentado que tiene una hija de cinco años y un hijo de uno, por lo que ha pedido "perdón" porque se haya "utilizado su nombre y se hayan hecho esas cosas tan feas utilizando su nombre".
En el último día del juicio, iniciado el pasado mes, su abogado, Juan Carlos Orbañanos, ha pedido su absolución y la nulidad del procedimiento al alegar indefensión de su cliente. El letrado ha criticado que el Ministerio Fiscal haya aumentado de 28 a 30 años de cárcel su petición de pena por cinco delitos de prostitución, uno de ellos coactivo a una menor, y por un delito de aborto.
Para él, cambiar la petición de condena en la conclusión de la fiscal al introducir el carácter coactivo en el delito de prostitución con la menor "vulnera el derecho de defensa" del procesado porque durante la vista no se pudieron aportar pruebas o hacer preguntas a los testigos para descartar dicha coacción. "Cabeza de cerdo", de 43 años y con antecedentes penales en Rumanía -por tráfico de seres humanos- e Italia -por tráfico de drogas-, no fue visto por ningún instructor policial de la causa ejerciendo de jefe de las prostitutas, ha destacado su abogado.
También ha hecho hincapié en que la menor, de nombre falso Andrea, que supuestamente abortó obligada por Clamparu lo hizo "libre y voluntariamente", sin que lo causara un tercero, según ha recordado el letrado, quien ha manifestado que su representado no acompañó a la joven a ninguna clínica.
"¿EXISTE ALGÚN CADÁVER?”
Además, ha resaltado que la menor vino libremente a España con pasaporte húngaro a ejercer la prostitución, según señaló ella misma una de las veces ante la Policía, y que no fue ni obligada ni violentada por su representado. "Mi representado nada tuvo que ver con ello", ha asegurado Orbañanos, que ha negado también la veracidad de otras de las afirmaciones de las supuestas víctimas de Clamparu sobre que habían oído que éste había atado a una joven a un árbol en Palma de Mallorca y después hizo que unos perros la mataran. "¿Existe algún cadáver?, ¿hay algún asesinato que guarde relación con esos hechos y con mi cliente?", se ha preguntado el letrado, que ha señalado que ninguno de los cuatro policías que viajaron a Mallorca localizaron ningún inmueble a su nombre.
En cuanto a la otra testigo que acudió al juicio, de nombre falso Pepa, y que relató cómo vio que Clamparu repartía a suertes entre su banda a las chicas, ha puesto en duda sus declaraciones por ser "fantasiosas", "poco sostenibles" y un "atentado al sentido común".El letrado ha añadido que su cliente no puede ser condenado por supuestamente explotar a chicas a ejercer la prostitución porque los hechos enjuiciados ocurrieron en 2000, y no fue hasta 2003 cuando la explotación de la prostitución comenzó a ser condenada, ya que antes el Código Penal diferenciaba entre los sujetos que fuerzan a la prostitución y los que las explotan. "No existe nada incriminatorio" contra Clamparu, ha concluido su abogado.