| Gijón
(Actualizado

El Café Gijón del madrileño paseo de Recoletos tendrá la posibilidad de abrir otra terraza, que estaría al lado de la que va a perder al haber presentado otra empresa una oferta muy superior en el concurso de adjudicación que ha puesto en marcha el Ayuntamiento.

Después de que los propietarios del establecimiento advirtiesen de que tendrían que cerrar si perdían la terraza, el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, portavoz del Gobierno municipal de Ana Botella, ha dicho hoy en rueda de prensa que "la voluntad del Ayuntamiento es que el Café Gijón continúe con su actividad y siga aportando su inestimable labor cultural a la ciudad".

Villanueva ha indicado que todavía no se ha resuelto el proceso de adjudicación -será después de Semana Santa según han indicado a Efe fuentes municipales-, pero que una de las empresas que se ha presentado ha realizado una oferta "muy superior" a la de la actual empresa explotadora.

En esas circunstancias, ha manifestado que "lo que no se puede pedir al Ayuntamiento de Madrid es que prevarique adjudicando a dedo una concesión administrativa", porque "eso, simplemente, sería vulnerar la ley".

"Si la empresa que ha presentado esa mayor oferta termina siendo la adjudicataria del quiosco -ha señalado-, no creo que haya nadie que pueda decir que se ha cometido una injusticia sino simplemente que se está aplicando la ley".

A su juicio, "lo injusto y lo contrario a derecho" seria que el Ayuntamiento modificase de forma discrecional las reglas del concurso para favorecer a un particular.

Por eso, el concejal de Centro, Enrique Núñez, ha ofrecido a los dueños del café la posibilidad de que soliciten permiso para abrir una terraza de una superficie equivalente a la que venían explotando hasta ahora en un espacio contiguo.

Se les ha ofrecido también la posibilidad de que soliciten un cerramiento estable o instalaciones de apoyo.

De esta forma podrían seguir teniendo los ingresos que les permitan mantener este tradicional café madrileño, abierto en 1888 y que ha visto pasar por sus mesas a literatos, filósofos, científicos y políticos de tres siglos.