Pero esta rocambolesca historia comienza en la madrugada de este martes en Getafe, su lugar de residencia. Allí, este hombre, tras discutir con su pareja (al parecer, por celos), se dirigió hacia las cocheras del Metro de Getafe. Y aquí comenzó todo.
Ya en las cocheras del metro de Getafe, el hombre entró en un vehículo que encontró con las llaves puestas. Era el coche de un trabajador del metro. Precisamente un compañero se dio cuenta del intento de robo e intentó detenerlo. Sin embargo, el hombre que entró en el coche consigue deshacerse de él propinándole golpes y puñetazos.
De esta forma, y tras hacerse con el coche, el hombre consiguió huir hacia la A-42. Una vez allí, accedió por el Bus-VAO al intercambiador de Plaza Elíptica, atravesando unas puertas de cristal exclusivas para autobuses.
Ya dentro del recinto, comenzó a dar vueltas con el vehículo en busca de una salida. Desesperado, se precipitó contra unas escaleras.
El coche quedó atascado entre las barandillas de las escaleras y él consiguió salir del vehículo. Al salir, agarró a una mujer por el cuello e intentó tomarla de rehén.