Si el Cementerio de Nuestra Señora de La Almudena fuese un barrio de Madrid sería el más densamente poblado, aunque con todos sus vecinos pasados a mejor vida.
El historiador y especialista en el pasado madrileño Ángel Sánchez Crespo afirma que unos cinco millones de personas han sido inhumadas en esta necrópolis de la capital.
Es este camposanto el mayor de Madrid y el mayor también de toda Europa occidental con sus 120 hectáreas de extensión.
El denominado Cementerio del Este comenzó su construcción en el último tercio del siglo XIX, con una capacidad inicial de más de 60.000 sepulturas y aceptando más de 7.000 enterramientos. La mitad de todos los decesos que se producían cada año en la capital.
En 1884 a raíz de un brote de cólera se tuvo que crear un cementerio de epidemias para poder enterrar a los fallecidos, ya que el del Este estaba aún en obras.
El cementerio de epidemias, cercano al gran proyecto funerario, recibió el nombre de Nuestra Señora de La Almudena.
Al final toda la gran necrópolis acabó conociéndose y reconociéndose con el nombre del camposanto creado para la epidemia. En 1925, más de cuarenta años después de ser proyectado, se inauguró el gran cementerio de Madrid que aunaba el del Este y el de La Almudena en uno solo.
Se calculó que habría capacidad para enterramientos hasta el año 2000, pero en 1955 ya tuvo que ampliarse. Posteriormente el complejo de La Almudena ha ido incorporando el cementerio civil, el hebreo y el crematorio en los años 70 del siglo pasado.