(Actualizado

El Edificio España se inauguró a comienzos de los años 50. Entonces, en pleno franquismo, se le definió como "el más alto de la nación y de Europa". El primer rascacielos de nuestro país, 177 metros de altura y 25 pisos se convirtió nada más nacer en uno de los principales emblemas de la Gran Vía.

Desde su monumental atalaya, esta construcción ha sido testigo además del declinar del sector inmobiliario y de cómo el tiempo deprecia el valor de los activos. El Banco Santander se lo compró a Metrovacesa en 2005 por 389 millones de euros.

Ahora ,Wang Jianlin, un magnate chino ha ofrecido a Emilio Botín, 260 millones de euros para construir en su interior un hotel y un centro comercial. 129 millones de diferencia.

Jianlin es uno de los hombres más ricos de China. Su fortuna supera los 16.630 millones de euros. Preside Dalian Wanga, una multinacional con negocios en el mundo de los hoteles y de los cines. Entre sus futuros planes figura inaugurar 15 hoteles de cinco estrellas al año.

Hace unas semanas estuvo en Madrid reunido con Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid con quien comparte aficiones, fútbol y cine. No es el único interesado en hacerse con el edificio. Sobre la mesa hay otras ofertas de otros chinos, brasileños y mexicanos. España, Madrid y su ladrillo están en el punto de mira de los inversores internacionales.

El Banco Santander ha confirmado este martes que ha recibido "varias ofertas" para comprar el Edificio España, uno de los rascacielos más emblemáticos de la capital, que lleva años en desuso, y que a día de hoy es propiedad del banco que preside Emilio Botín.

ANA BOTELLA DESTACA EL INTERÉS INTERNACIONAL QUE DESPIERTA INVERTIR EN MADRID

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha destacado el interés que despierta el mercado inmobiliario de la ciudad a los inversores internacionales, y en concreto el Edificio España ubicado en la plaza de España, pendiente de un profundo proceso de remodelación.

Botella ha respondido así a la información que publica el diario El Mundo, que asegura que Emilio Botín negocia la venta del emblemático Edificio España, una de las joyas inmobiliarias del grupo Santander, con el hombre más rico de China, Wang Jianlin, que ha presentado una oferta por 260 millones de euros, el 33% menos de lo que desembolso el presidente de la entidad financiera hace nueve años.

Tras asistir a un desayuno organizado por el diario La Razón con la ministra de Fomento, Ana Pastor, Botella ha asegurado que la madrileña Plaza de España está pendiente de un proceso de remodelación en profundidad que se busca llevar a cabo mediante algún tipo de colaboración público-privada.

Preguntada por el supuesto interés que ha suscitado el Edificio España para el grupo inmobiliario chino Dalia Wanda Group, que preside Wang Jianlin, Botella ha asegurado que como alcaldesa todo lo que sea de interés para un inversor me parece bien.

Fuentes del banco -que compró el inmueble en 2005 a Metrovacesa- han reconocido que existen varias ofertas por el rascacielos de la Plaza de España, aunque ninguna de ellas está aún cerrada.

El gigante chino Dalian Wanda Group es uno de los mayores grupos hoteleros y de salas de cine de China y su presidente y fundador, Wang Jianlin, cuenta, según la revista Forbes, con una fortuna estimada de 135.000 millones de yuanes (más de 16.630 millones de euros).

CERRADO DESDE 2006

Con su 117 metros de altura, el hoy vacío Edificio España fue presentado al mundo en 1953 no solo como el coloso de hormigón armado más alto de Europa, sino como un emblema de aperturismo y modernización del régimen franquista que, tras un lento declive, es hoy objeto de deseo de inversores internacionales.

El coloso que hoy figura en la lista de la compra del hombre más rico de China, Wang Jianlin -ha ofrecido 260 millones de euros por el inmueble a la división inmobiliaria del grupo Santander, según publica El Mundo- trasladó a España el modelo de "pequeña ciudad" vertical del Rockefeller Center neoyorquino.

Como rascacielos no era rival frente a los 383,2 metros del Empire State (1932), pero su inauguración fue un acontecimiento en el año en que España firmó el concordato con la Santa Sede y los primeros acuerdos comerciales con Estados Unidos, que pusieron fin al aislamiento internacional desde el final de la II Guerra Mundial.

El Edificio España es un ejemplo de la arquitectura española de los 40 y 50, "ecléctico" y con un "punto de grandilocuencia" que, pese a no responder a los cánones de modernidad de su tiempo, fue muy relevante y tenía sentido, según explica a Efe el presidente del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), José Antonio Granero.

"Trató de ser una especie de Rockefeller Center, una pequeña ciudad con actividad comercial, oficinas, viviendas y espacios de ocio", cuenta Granero, que destaca la imagen potente de la fachada que ofrece la torre hacia la plaza de España.

Pero, más de medio siglo después, todavía no ha cuajado ninguno de los diferentes proyectos de transformación de un edifico "enorme" tras muchos años de inactividad.

Pionero en su época, el Edificio España se erigió sobre el solar de un antiguo convento destruido durante la Guerra Civil que adquirieron los hermanos Julián y Joaquín Otamendi, arquitectos y propietarios de la Compañía Inmobiliaria Metropolitana, germen de la actual Metrovacesa.

Su construcción llevó cinco años y, con una inversión de 200 millones de pesetas de la época, rompió moldes con sus 26 plantas, 32 ascensores, 3.123 ventanas, 184 apartamentos, un hotel de lujo con 307 habitaciones, salón de fiestas para 1.200 personas y una piscina en la terraza superior.

En las décadas posteriores y hasta la construcción de las cuatro enormes torres que hoy marcan la línea del horizonte de Madrid, solo la Torre Picasso -157-, la Torre de Madrid -142- y la Torre Europa -121- habían logrado superar su altura.

En 2005, la inmobiliaria Metrovacesa vendió el 50 % del emblemático edificio al fondo inmobiliario del Santander Central Hispano por 138,6 millones de euros y cerró un acuerdo de compraventa del 50 %, que también vendió al banco por esa misma cantidad.

Desde entonces, los medios de comunicación han registrado un goteo de posibles proyectos de remodelación que, en un contexto de crisis, no han cuajado para devolver la vida a un edificio cuyo interior fue demolido en 2007 tras un largo periodo vacío.

El Consejo Regional de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid anunció en el año 2000 que el edificio, entre otros, era susceptible de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC), una protección que sin embargo el inmueble no tiene, explica a Efe el presidente del COAM.

Granero puntualiza que los nuevos propietarios no podrían tirar la fachada a día de hoy, aunque apuesta por un debate para la "sustitución" del edificio -no quiere citar la palabra "derribo"- en el que se conjuguen el respeto al patrimonio y la utilización lógica del actual inmueble.